domingo, 28 de mayo de 2017

Desfile de las fuerzas armadas 2017

Ayer se celebró el día de las fuerzas armadas en nuestra ciudad. Sí, después de años de austeridad desfilando por la capital, la crisis va despejándose para permitir de nuevo que el ejército español vuelva a desfilar por ciudades de nuestra geografía, y esta vez le ha tocado el turno a Guadalajara.

Mi ciudad, de gran tradición militar, recibió este honor y se engalanó para la ocasión. Fue otro verdadero honor el haber estado presente en las operaciones de montaje y medida de la zona, el residencial barrio de La Chopera, ya desde mediados de abril, así como los ensayos de las fuerzas aéreas. 
Guadalajara se engalanó para este evento y la ciudad amaneció rojigualda, con el lema "Nuestra misión, tu libertad".

El momento más esperado fue la llegada de sus majestades los reyes Don Felipe VI y Doña Letizia. Me extrañó la ausencia de las infantas, pero está visto que la reina no quiere que participen en todo (u otra explicación habrá). 
El pabellón carmesí de su majestad era portado por un coracero de la guardia. Por un momento, me pareció estar en El cetro de Ottokar de Tintín. El rey llegó con el uniforme de tierra y la banda de la orden de San Hermenegildo, el príncipe visigodo rebelde. La multitud agolpada en gradas, vallas y jardines de los chalets (que habían sido inspeccionados a conciencia días antes) estalló en vivas al monarca y a la nación.



En primer lugar, su majestad pasó revista a la guardia real, mi cuerpo preferido por su historia y uniformes. Esto y las salvas que dispararon daban la impresión de meterse de lleno en el siglo XIX, en plena época alfonsina (de Alfonso XII, el tatarabuelo del actual rey). Tengo pendiente ir alguna vez a ver el cambio de guardia del palacio real...
Emocionante fue ver desde la lejanía la exhibición de los paracaidistas, que parecían dominar los campos de olivos y barrancos que se encuentran junto al río Henares. Uno de ellos destacaba de entre los demás con la enorme bandera atada a sus pies y ondeando en el cielo alcarreño. El paracaidista aterrizó ante el palco real con total precisión ante el aplauso general. La bandera fue cuidadosamente doblada y luego desdoblada para ser izada en el mástil.

Y así dio comienzo el emotivo homenaje a los militares caídos en combate. Como en otras ocasiones, se entonó la canción La muerte no es el final, mientras las cámaras enfocaban a los dos ministros presentes, que hicieron gala de que sí, sí se la saben.

A continuación, el desfile de todos los cuerpos del ejército, empezando por la guardia real. Las cámaras buscaron todo rostro femenino uniformado que encontraron. Marketing es marketing. O el equivalente al ¡Alistáos! o We need you for the Spanish Army!

Legionarios y regulares no se hicieron esperar. Pero esta vez, los legionarios llevaban un perro en lugar de la famosa cabra. Pasaron también los tanques, los cuerpos motorizados, representantes de los tres ejércitos. El rey respondía a todos al saludo, mientras la reina descansaba en su sillón. Don Felipe cumplía en ese mismo día sus 40 años como militar, desde que su padre el rey Don Juan Carlos I le nombró soldado de honor con tan solo nueve años de edad.
El desfile se desarrolló con toda normalidad. Guadalajara se volcó con el acto, que se prolongó a la tarde con exhibiciones y visitas a piezas del ejército. Muy chulo fue el avión que se exhibía en el Parque de la Concordia. Pero me quedo con los aviones que sobrevolaron en el desfile.
Un día memorable para nuestra ciudad.


¡VIVA EL REY Y VIVA ESPAÑA!



jueves, 25 de mayo de 2017

¡Más vikingos!

A la espera de que los problemas técnicos se resuelvan y estando mis vikingos todavía preparando sus cosas para partir a Asturias (tiempo les lleva), voy a compartir en este caso unas imágenes que obtuve el verano pasado durante mi viaje por el oeste de Alemania.


A veces se encuentra inspiración, imágenes inéditas o pequeñas joyas en cualquier parte. Y así pasó en Coblenza (en la región de Renania-Palatinado), en un apartamento que había reservado. La familia propietaria había habilitado el piso superior de la casa para el turismo y en la habitación donde dormí habían colocado libros ya descatalogados, en lugar de venderlos a tiendas de viejo como hacemos en España con los trastos. 
Naturalmente, mi conocimiento del alemán es más que básico como ya comenté en el blog y se limita a "hola", "adiós", "gracias" y pedir la carta en los restaurantes. No era mi intención leer aquellos libros, pero ojearlos fue una auténtica sorpresa. Dos llamaron especialmente mi atención: uno enorme dedicado a los emperadores (kaisers) del Sacro Imperio Romano Germánico (el I Reich) y otro dedicado a los vikingos. 


Este último, como otros que proliferaron por Europa en los años 70 y principios de los 80, formaba parte de colecciones destinadas a jóvenes sobre temas muy generales, tanto de ciencia como de historia o deportes. Constituían además una muestra del detalle y el saber hacer de unas editoriales que cuidaban la edición y la calidad para introducirnos a unos temas que hoy podemos encontrar o en enormes tochos o en triviales webs. Está claro que vivimos en la época del "no término medio"...


El libro, a entender por sus ilustraciones (solo fotografié una pequeña muestra, pero el libro estaba lleno), tocaba varios temas dentro del mundo vikingo: guerra, barcos, vida cotidiana, el hogar, sus viajes (y sobre todo el viaje a América)...  


Es cierto que se notaba que habían intervenido varios dibujantes, pero la calidad en general era muy buena. Me encanta contemplar esas aldeas, la vestimenta tanto de guerreros como de comerciantes y artesanos.

Y este es el recuerdo digital que me llevo de Coblenza, además de todas las fotos que hice por allí. Recomiendo especialmente la vista más famosa de la ciudad: el punto donde se unen los ríos Rin y Mosela junto al monumento al kaiser Guillermo I.

martes, 23 de mayo de 2017

¡Campeones de liga!

Ya sé que tendría que haber colgado esta entrada hace dos días, pero entre una cosa y otra no ha habido tiempo. Pero aquí estamos ¡Campeones de liga 2016/2017! No todo tenían que ser penas y he aquí este pequeño gran regalo.



Furia vikinga, aquí están otra vez los blancos ¡Y vaya fin de liga! 33 que llevamos ya ¡Qué grandes! Felicidades para Zidane. Si alguien dudó que no le había venido bien el regalo de reyes que le hicieron el año pasado... Enhorabuena Cristiano, Sergio, Marcelo, Bale, Isco... Nos habéis hecho vivir con emoción un año más vuestro triunfo.


No hubo desastres con el trofeo, no. El capitán la levantó triunfante y orgulloso ante la diosa Cibeles. Y si fue la diosa de la fertilidad desde luego ha sido fértil esta temporada.

Hemos llegado hasta aquí. Y también hemos llegado hasta la final de la Champions ¿Conseguiremos la 12ª?



¡HALA MADRID!


sábado, 6 de mayo de 2017

Cumpleaños por Madrid

No todos los días se cumplen años, así que qué mejor manera de celebrarlo que con una de mis pasiones: los Playmobil. Y para ello pasarlo en Madrid, en la feria de coleccionistas de la ermita del santo, que llevaba ya sin ir desde marzo del año pasado.
La feria una locura de piezas y gente como siempre. Una vez más, los Playmobil siguen triunfando y ya han desplazado a coches y otros juguetes. La novedad de esta vez es el diorama sobre la película La gran evasión (John Sturges, 1963), como siempre a cargo de Amsclick. Una vez más felicito a la asociación por esta pasada de diorama. Sigo sin solucionar lo de la conexión de USB del móvil, así que en cuanto pueda las comparto con vosotros y le dedico una entrada para mostrar el diorama con detalle.
Los precios siguen estando por las nubes y más de un vendedor se aprovecha y mucho... pero por suerte los legales siguen siendo mayoría y tanto la calidad del producto como el precio van de la mano. Un despiste cumpleañero: dejarme la lista en casa, así que de piezas sueltas he tenido que memorizar más o menos las que busco. Lo que más he comprado esta vez han sido figuras.


 Una de las compras ha sido Julio César y Cleopatra. Tenía la opción de comprar la caja por 10 € o las dos figuras sin el esclavo sueltas por 7 € en un plástico. Al final he escogido la segunda opción y el esclavo ya lo compraré en otra ocasión. O no, porque realmente las que me interesaban eran Julio César y Cleopatra. Preciosas ambas figuras. La coraza de César es chulísima, parece sacada de Gladiator. En cuanto a Cleopatra no es la primera que saca Playmobil, pero el vestido con el escarabajo y el adorno del pecho molan bastante y le dan un toque muy egipcio. La mesa y la "ensaladera" son las que ya venían en la caja del emperador. Las copas me llaman mucho la atención, no solo porque Playmobil haya vuelto a sacarlas de "cristal", sino por el vino que llevan dentro.

 Otra figura curiosa que he comprado es la de Goethe de la que ya hablé en los playmoexclusivos. Me ha sorprendido encontrarla solo por 2 €, pero claro, viene sin sombrero ni chaqueta. Pero igualmente me vendrá bien para alguna escena del siglo XVIII. Por cierto que de este siglo he encontrado muchos más que otras veces, cosa curiosa.
De los sobres sorpresa serie 11 ha caído la hippie para regalársela a una amiga mía que seguro que le gustará.

Buen tiempo más tarde junto al Manzanares disfrutando de las vistas del palacio real y la Almudena, mientras a su vez los colchoneros disfrutaban de sus respectivas compras de Playmobil calentando motores para el Atleti vs. Eibar (con victoria al final para el primero, era de esperar). Bastante han sufrido ya en Champions contra nosotros y lo que les espera el miércoles jaja (vaya propaganda vikinga acabo de meter).

Después de comer, una visita a un sitio más que curioso de Madrid: la alameda de Osuna, más concretamente El Capricho, el parque de la duquesa. Nunca antes había estado en este lugar y esta vez he ido animado por la lectura del libro La España fabulosa de Jesús Callejo (lectura que recomiendo para descubrir algunas de las tradiciones y curiosidades más recónditas de nuestro país). La visita merece la pena. Se trata de un parque del siglo XVIII (parece que todo gira en torno a ese siglo hoy) mandado construir por la duquesa de Osuna, a la que retrató Goya junto a su esposo e hijos.


Esta duquesa fue realmente la María Antonieta española, pues aunque ni fue reina ni fue decapitada, en todo lo demás se comportó como la frívola esposa de Luis XVI, imitando a los campesinos de manera estrafalaria y otras excentricidades que plasmó en un parque privado (hoy pertenece al ayuntamiento de Madrid) que diseñó para divertirse con sus amistades. 


Aunque tanto Jesús Callejo como los carteles del parque hablan de los autómatas y figuras a tamaño real que representaban campesinos, soldados y criados, nada de esto ha quedado en nuestros días, pues lo mangaron los franceses durante la Guerra de Independencia. Pero el parque sigue siendo un precioso jardín neoclásico que nada tiene que envidiar a los jardines reales de Aranjuez. Merece mucho la pena pasear por sus hileras de árboles, largas explanadas de césped, templetes, un palacio, fuentes, un laberinto,un abejero, un fortín, una mini-plaza de toros, un estanque donde la duquesa y sus amistades paseaban en barca... Visitar el Capricho es meterse de lleno en la época de Goya, como si él mismo y otros personajes de la corte de Carlos IV fuesen a aparecer en cualquier momento.




Así que hasta la próxima feria que vaya; la de hoy ya me ha regalado un feliz cumpleaños.