Mostrando entradas con la etiqueta Guerra de los Treinta Años. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Guerra de los Treinta Años. Mostrar todas las entradas

martes, 10 de junio de 2025

1625: Annus Mirabilis

  Este año conmemoramos 400 años del Annus Mirabilis español: 1625. Un año en el que tuvieron lugar varias gestas para la Monarquía Hispánica. 



    La primera de ellas tuvo lugar entre marzo y abril de 1625: el socorro de Génova. El duque Carlos Manuel I de Saboya, tío de Felipe IV, sitió la ciudad de Génova con un ejército francés. El ataque contaba con la colaboración holandesa, en guerra contra España, aunque Francia no lo estaba. Génova era uno de los centros financieros para la Monarquía Hispánica, por lo que franceses y saboyanos sabían que así debilitarían al rey español. Además, formaba parte del plan del cardenal Richelieu de invadir Liguria.
    La flota española, al mando de Álvaro de Bazán y Benavides, marqués de Santa Cruz, atacó al ejército franco-saboyano, obligándolo a retirarse. En esta escena, el dux de Génova, Federico de Franchi, recibe agradecido a Bazán, una vez liberada la ciudad.



    La siguiente hazaña tuvo lugar entre marzo y mayo en Brasil. Los holandeses habían ocupado Bahía de Todos los Santos, actual Bahía. Felipe IV encargó a Fadrique Álvarez de Toledo reconquistar el enclave con una flota hispano-portuguesa. La capitulación holandesa se consiguió tras un mes de asedio. En la imagen, unas mujeres atienden a los heridos, mientras Álvarez de Toledo muestra a los holandeses vencidos un tapiz alegórico en el que la diosa Minerva y el conde-duque de Olivares coronan a Felipe IV con el laurel de la victoria.



    La siguiente gesta fue en junio y sin duda es la más famosa: la rendición de Breda. El rey envió un mensaje sencillo a Ambrosio de Spínola:

 "Marqués de Spínola, tomad Breda"

 Spínola era capitán general de los tercios en Flandes. Breda, en el sur de Holanda, centro importantísimo para los príncipes de Orange, estaba gobernada por Justino de Nassau. Tras un largo asedio, la ciudad se rindió ante los tercios. Supuso un gran revés para la Guerra de los Treinta Años, pues debilitó al bando protestante. Nassau entregó las llaves de Breda a Spínola como señal de rendición.







    Entre septiembre y octubre tuvo lugar la cuarta hazaña española de 1625: la recuperación de San Juan de Puerto Rico. La isla fue invadida por una flota holandesa. Los invasores sitiaron la ciudad de San Juan, defendida por Juan de Haro y Sanvítores. Tras 28 días de asedio, los sitiados salieron e hicieron retirarse a los holandeses.



    La última hazaña de los españoles en 1625 fue en noviembre, en Cádiz. Una flota anglo-holandesa atacó la ciudad andaluza. El objetivo (planeado por el duque de Buckingham): debilitar los puertos españoles y capturar la flota de Indias. Fernando Girón, gobernador de Cádiz, repelió el ataque anglo-holandés. Junto con el marqués de Medina Sidonia, consiguieron hundir 30 naves enemigas. La derrota en Cádiz supuso un duro revés para las arcas inglesas. En la escena, Girón recibe a los capitanes de la defensa española.




    Para conmemorar estas hazañas, y otras que vinieron después, Felipe IV encargó a Velázquez el proyecto de decorar con cuadros, tanto de él como de otros pintores, el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro de Madrid. Velázquez contó con Carducho, Zurbarán, Antonio Pereda, Eugenio Cajés, Juan Bautista Maíno, Félix Castelo y Jusepe Leonardo para plasmar en grandes lienzos aquellas gestas.










lunes, 3 de marzo de 2025

Los soldados de juguete de Felipe IV

  Felipe IV es un rey que siempre me ha dado la impresión de estar muy denostado en el imaginario histórico español. Tiene la desgracia de pertenecer a los llamados Austrias menores, cuando empieza la decadencia del imperio español. Tiene la desgracia de haber dejado el gobierno de sus territorios en un valido: el conde-duque de Olivares. Tiene la mala fortuna de haber vivido la independencia de Portugal y la rebelión de Cataluña, ambas en 1640. Tiene la mala fortuna de haber perdido en la Guerra de los Treinta Años por la intervención francesa en el conflicto. Y tiene la fama de mujeriego. Todo ello lo convirtió en la imagen de un rey incapaz, ignorante. Pero, tras la caída del conde-duque, Felipe IV reaccionó y tuvo una etapa en solitario que la historiografía tiende a olvidar. Además, fue el gran mecenas del arte español, contrató a Velázquez como pintor de cámara y mandó traer obras extranjeras para las colecciones reales.



    Pero no es momento ahora de abordar el reinado de Felipe IV, sino tratar un tema de su infancia, cuando era príncipe de Asturias. Cuenta Geoffrey Parker en El ejército de Flandes y el Camino Español que en 1614, cuando el joven príncipe tenía nueve años, su padre Felipe III le regaló unos soldados de madera. 



    De acuerdo con lo que cuenta Parker: "Había regimientos y compañías, con sus diferentes banderas, armas y vestuario; había caballos y cañones para la artillería; incluso las diversas tiendas y pabellones de los armeros, vivanderos (encargados de los víveres) y barberos que acompañaban siempre a los ejércitos. No faltaban materiales especiales para la construcción de lagos artificiales, bosques y puentes de barcas, y había un castillo de juguete para que lo sitiara el "ejército"".
    Se trataba, dada esta descripción, de una colección asombrosa, de gran realismo, con todo lujo de detalles. Eran los Playmobil de la época, mucho antes de que inventasen siquiera los soldados de plomo. Estamos, por lo tanto, ante una joya del mundo del juguete y, posiblemente, el primer juguete a gran escala (al menos, el primer juguete bélico) descrito de manera oficial en las fuentes. Lo más parecido a hoy serían, por lo tanto, los Playmobil.




O el modelismo para coleccionar o para juegos de estrategia.

  El diseñador de estos soldados de juguete, que tenían la doble función de entretener al príncipe y enseñarle los asuntos militares, era un italiano llamado Alberto Struzzi. Este describía su maravillosa creación junto con el envío y añadía que "los ejércitos a los que no se les paga caen invariablemente presa de los desórdenes". Este aviso iba con segundas, ya que Struzzi no fue pagado hasta 1630, cuando Felipe IV ya era rey y tenía 25 años de edad.


    Con este juguete, Felipe IV debía aprender, ya desde pequeño, que la base de su futuro poder descansaba sobre un ejército enorme, que hacía posible la supervivencia de España como primera potencia: los tercios. 
    Jugar con este ejército de juguete, el que todos los niños de la época querrían tener, tuvo que ser un gran disfrute para Felipe IV. Pero del destino de este fabuloso ejército en miniatura no sabemos nada ¿Fue tirado cuando el príncipe se hizo adulto? ¿Se quemó durante el incendio del alcázar de Madrid en 1734? ¿Fue donado antes por algún rey? ¿O permanece guardado en algún oscuro rincón de palacio? Nada he podido averiguar más sobre este juguete asombroso, pues la única fuente que lo nombra es Parker. Sin duda, un antepasado extraordinario de los Playmobil y una forma genial de jugar y aprender en el siglo XVII. 







martes, 6 de junio de 2023

Los suministros de los tercios

    Dentro del tema de los tercios españoles hay un punto imprescindible que es el de los suministros. Dejemos que sea Geoffrey Parker en su obra esencial, El ejército de Flandes y el Camino Español, quien nos lo cuente. 


"La gran limitación experimentada por el Ejército de Flandes en el siglo XVI en punto a equipación fue financiera: una pica y una armadura (el "coselete")  costaban 30 florines en los años de 1590, un mosquete costaba 10 florines, un cañón de 24 onzas costaba 1000 florines. Con precios así, nunca había dinero suficiente para armar a todos los soldados de una vez. 


Esto preocupaba relativamente poco: los estrategas del siglo XVI creían que las guerras debían librarse con hombres, no con material (idea que parece haber perdurado hasta los suicidas asaltos en masa a lo largo del Somme y del Aisne en 1916-17), y ante la elección entre alimentar a sus hombres o equiparlos, optaban siempre por lo primero.


Ochocientos hombres podían ser alimentados durante un mes con el dinero que se necesitaba para fundir un cañón; el pan de un soldado de infantería durante dos años era el precio de su coselete."






viernes, 21 de abril de 2023

Batalla de Fleurus

    Países Bajos Españoles, 1622. Las tropas del Palatinado (protestantes), licenciadas por Federico V tras el asedio de Heidelberg, marchan al oeste para apoyar a los rebeldes holandeses, sitiados en Bergen-op-Zoorm por Ambrosio de Spínola, general de los tercios. Este teme quedar atrapado entre ese ejército y el proveniente del este de Breda. Por ello, envía a Gonzalo Fernández de Córdoba y Cardona, bisnieto del Gran Capitán, para frenar a los del Palatinado. Las tropas de Fernández de Córdoba avanzan desde las Ardenas y se enfrentan al ejército alemán en Fleurus.


La batalla de Fleurus fue inmortalizada por Vicente Carducho en un famoso cuadro que hoy se conserva en el Museo del Prado. Durante años estuvo en el vestíbulo del museo, pero la última vez que fui ya no estaba: no sé dónde lo habrán colgado ahora. Algo se comentó de colocar a este y al resto de los que fueron pintados para el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro (entre ellos La rendición de Breda) para conmemorar las victorias de los ejércitos de Felipe IV. 


Fernández de Córdoba dirige a sus tropas en el choque contra el ejército del Palatinado:


Siempre me ha llamado la atención el detalle de la parte inferior izquierda del cuadro, con la lucha encarnizada entre un soldado alemán y uno español:








lunes, 27 de septiembre de 2021

Tercios de Flandes

   Volvemos al tema de los Tercios de Flandes. Nuestros compatriotas del siglo XVII siguen luchando duro allá en tierras de Flandes:


Esta vez no he incluido mosqueteros ni arcabuceros. Y una vez más, hay que usar lo que se tiene:


Suministro de armas y armaduras:



lunes, 6 de septiembre de 2021

Ejército holandés siglo XVII

    Retomamos el conflicto entre España y Holanda en el siglo XVII (no comparto el término "Guerra de los Ochenta Años"), como parte de la Guerra de los Treinta Años. En esta ocasión, vamos a ver el ejército holandés, empezando por un oficial. Han preparado un parapeto y ha sacado tiempo para tomar una jarra de cerveza:




Mosquetero:




    Carabinero. Puede que abuse de los torsos marrones para estos soldados, pero me parecen los más apropiados para el tema. Además, las bandas naranjas de la casa de Orange:


Y, por último, un portaestandarte:










 

domingo, 20 de junio de 2021

Soldados españoles en Holanda (siglo XVII)

    Ya que hemos dedicado varias entradas al siglo XVII holandés, no podían faltar sus enemigos: los tercios españoles. Los habíamos visto luchar en Nordlingen a las órdenes del cardenal-infante, pero tarde o temprano había que dedicarles algo a la guerra contra los rebeldes holandeses. Conflicto que comenzó ya antes de la Guerra de los Treinta Años, pero que se incluye dentro de éste (de 1621 a 1648, que fueron los años en los que España participó en esta guerra).
    Aquí tenemos un piquero. Ya he comentado que es una lástima que Playmobil no haya sacado capacetes, para poder así diferenciarlos del morrión. También es una lástima que no tengo cañones de los antiguos para situar en la escena:






   Arcabucero, con lo que podría ser un arcabuz o un mosquete: hay que tirar de lo que se dispone. Los llamados "doce apóstoles", las cargas del arcabuz que llevaban los arcabuceros colgadas de una banda, son, sin duda, otro gran acierto de Playmobil:



Un oficial, con la característica bengala de mando:




  Como se puede ver en esta escena, no todas las holandesas que tuvieron relaciones con los soldados españoles fueron forzadas:







lunes, 24 de mayo de 2021

Ejército danés siglo XVII

    Dentro de la Guerra de los Treinta Años no podía faltar el ejército danés. Los daneses entraron en el conflicto en 1625 a favor del bando protestante, por el temor al creciente poder católico en el norte de Alemania y que podría afectar a su soberanía. Además, Dinamarca deseaba mantener su poder como primera potencia del mar Báltico. 

  Aunque lo parezca por el parche, no es un pirata, sino el rey Christian IV de Dinamarca:





    Llamado el "León Danés", el rey es un amante de la guerra. Pero este conflicto no le resultará nada provechoso...
A continuación, un oficial danés, que, como Christian IV, lleva la banda de la Orden del Elefante. En todos estos soldados daneses he usado piezas rojas, por ser el color que dominaba en los uniformes:





Mosquetero danés:



Y, por último, un portaestandarte, un tamborilero y un sargento de artillería:








martes, 4 de mayo de 2021

Tienda de campaña de la Guerra de los Treinta Años

  Volvemos a la Guerra de los Treinta Años para probar con una tienda de campaña como las que hemos probado para otras épocas. Se trata de la tienda de un general del ejército imperial: