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domingo, 6 de abril de 2025

Banquete de la aldea de Astérix

  Hoy presentamos el banquete de la aldea de Astérix. Una celebración a la que el héroe galo y sus amigos asisten al regresar de cada una de sus aventuras.





Obviamente, es el momento que más disfruta Obélix ¡Y también Idéfix!








    La mesa del banquete es una pasada, con todos los detalles y todos los platos que los galos comen en su cena triunfal, especialmente los jabalíes, que se asan en el centro de la reunión. Los numerosos asientos están pensados para personajes de otras cajas, que espero conseguir también.


    Viene con un montón de piezas que me servirán también para los vikingos. 


    Astérix brinda junto al druida Panorámix, cuya poción mágica mantiene el valor y la independencia de la aldea gala.


    Asurancetúrix, el bardo, como de costumbre, es atado al árbol donde se levanta su casa para que no cante durante el banquete.


 Edadepiédrix y su joven esposa también asisten al banquete.



    En este lado de la mesa, Gudúrix, sobrino del jefe Abraracúrcix, el adolescente de Lutecia que tanto medo tenía de los normandos, y una aldeana.






jueves, 6 de marzo de 2025

Las sirenas en la Edad Media

 Y tu voz igual que el coro de las sirenas de Ulises me encadena


    Todo el mundo ha oído hablar de las sirenas, mujeres míticas con cola de pez que están inmersas en el imaginario colectivo. Todos conocemos a Ariel, la sirenita, adaptación con final feliz del triste cuento original de Andersen.


    Pero ¿de dónde viene el mito de las sirenas? Como sucede con muchos otros, de la mitología griega. Pero no eran mujeres con cola de pez, sino mujeres con su parte inferior de ave. Así aparecen en su aparición más famosa del mundo grecorromano: en la Odisea, atrayendo con sus cánticos a Ulises y sus hombres hacia las rocas. Suerte que el astuto Ulises mandó que le ataran al mástil y que sus hombres se pusieran cera en sus oídos.


    En la mitología nórdica se habla de las nueve hijas de Aegir, el anciano del mar, que equivaldrían a las nereidas griegas. Las hijas de Aegir son similares a las sirenas por su atractivo sobre los incautos marineros, pero no tienen cuerpo de ave ni de pez. Viven en el fondo del mar fabricando cerveza.



    Pero la imagen de las sirenas cambió completamente en la Edad Media. Se mantuvo la idea de atracción sexual y sensualidad de aquellos seres de la Odisea. Pero el Mediterráneo era un mar más que explorado al caer el imperio romano de Occidente. Había sido el mare nostrum de fenicios, griegos y romanos. No podía haber sirenas allí. Como sucedía con las amazonas, las sirenas pasaron a habitar fuera del mundo conocido. Y en la Edad Media, ese mundo era el Atlántico, el terrible Mare Tenebrosum. Y las sirenas ya no tenían cuerpo de ave, sino de pez.


    Las sirenas comienzan a aparecer en las leyendas atrayendo a los marineros con su belleza hacia el temido abismo.


    Así, va aumentando el miedo a navegar en mar abierto por el Atlántico. Pero las sirenas cobraron, además, un significado a nivel religioso. Fueron identificadas con la lujuria. Así, comenzó a ser corriente representar este pecado en las iglesias medievales como una sirena con dos colas.








    François Bourgeon juega con esta iconografía en su saga Los compañeros del crepúsculo. Aparecen tres sirenas con dos colas como escudo de la ciudad de Montroy, en la que se sitúa la acción del tercer álbum, titulado El último canto de los Malaterre.





Como emblema también de la posada en la que se hospedan los personajes.


Y en otras ocasiones.






Rara vez la encontramos en las iglesias con una cola, como aquí, en un capitel de la iglesia de San Claudio de Zamora.



    A medida que avanza la Edad Media, el carácter maligno de las sirenas hace que la cola de pez se convierta, con el tiempo, en cola de serpiente. Así surge la leyenda de Melusina, el hada que se casó con un noble francés. Este fue advertido por su bella esposa de no molestarla el sábado. Movido por la curiosidad, el marido incumple el trato y espía a su esposa ese día de la semana. Y ve cómo Melusina se ha transformado en mujer-serpiente.


Melusina, al verse sorprendida, sale volando por la ventana y no vuelve jamás.


    Con las exploraciones en los viajes a América se renovó el interés por las sirenas, una vez que, con el primer viaje de Colón, se consiguió cruzar el Atlántico y acabar con el temor a este océano. El propio Colón aseguró haber visto sirenas en enero de 1493.


    ¿Qué fue lo que vio realmente Colón? Todo apunta a que se trataba de manatíes, abundantes en el Caribe.


Pero hay que usar mucho la imaginación para confundirlos con sirenas...



    El Bosco, de pensamiento mucho más medieval que renacentista, sitúa una sirena en El jardín de las delicias, últimos coletazos (nunca mejor dicho) del imaginario medieval.


    En el mundo nuevo del Renacimiento y con la exploración del Nuevo Mundo, los seres fantásticos quedan reducidos a la superstición popular. Y así, las sirenas van desapareciendo. Las leyendas, recuperadas en el Romanticismo, las recuperarán posteriormente y ya solo podrán vivir allí.






domingo, 23 de febrero de 2025

15º encuentro tintinófilo

   El sábado 22 por la tarde asistí al 15º encuentro tintinófilo. Como ya comenté, este evento se celebra cada año a iniciativa de la asociación Mil Rayos en la Fundación Carlos de Amberes, C/ Claudio Coello nº 99, de Madrid. Esta es la tercera vez que asisto.


 Y esta vez, tenían una tintinófila de lujo: Carmen Posadas.



    Admiro mucho a esta escritora uruguaya, sobre todo por sus intervenciones en Cuarto Milenio y en Secuencias en 24. Cuando me enteré de que iba a ser la tintinófila premiada este año, no lo dudé y reservé la tarde del sábado.


Aquí la tenemos en el momento de la entrega del premio.


    Carmen habló de su relación con Tintín, cómo descubrió la serie de cómic de pequeña y cómo era para ella "un libro de mayores". Me gustó cómo planteó la idea de que Tintín creció con ella. De cómo ciertos personajes que pasaron por su vida los clasificaba comparándolos con personajes de Tintín. Aunque dijo que su memoria ya no abarcaba todo cuanto abarcó hace años sobre todo el compendio de nombres, Carmen sí demostró que recuerda muchas cosas. Las que no le salían fueron apuntadas por asistentes que se encontraban cerca del escenario, como el famoso Müssler (cuyo rostro nunca conocimos) de El cetro de Ottokar, dictador de Borduria y mezcla de Mussolini y Hitler.
    No me gustó el tono encorsetado y nada natural del presentador, que leía literalmente las preguntas sin importarle si Carmen las había contestado ya en la anterior (como, por ejemplo, cuando desveló que su personaje favorito es Abdallah, de Tintín en el país del oro negro, su álbum favorito) y estaba obsesionado con el timing, como en 2019.


    Eché en falta haberle dado más espacio a Carmen, porque era un lujo escucharla. Pero luego hicieron un descanso, cosa que aproveché para coger el póster de esta 15ª edición, dibujado, como siempre, por José Luis Povo (a quien también vi, pero no saludé esta vez, porque estaba reuinido). Tras el descanso, David Baker, que nos ofreció una magnífica charla sobre los países imaginarios de Tintín en 2014 y sobre los orígenes de Tintín en 2019, nos habló de la relación entre la saga y la literatura.


    David nos habló de los escritores a los que Hergé admiraba, como Balzac, Agatha Christie o Gastón Lerroux. También de revistas e imágenes literarias que inspiraron al dibujante belga.




    Por ejemplo el libro Los secretos del mar Rojo, del controvertido aventurero y traficante de armas francés, que aparece retratado en Los cigarros del faraón y también en una aventura de January Jones (aunque no recuerdo cuál).


Robinson Crusoe y El tesoro de Rackham el Rojo.


Mención aparte merecen los paralelismos entre la obra de Hergé y la de Julio Verne. Aunque David se centró sobre todo en comparar imágenes, hay mucho de argumentos parecidos.


    Ya hablé de esto en elforodelabd, destacando sobre todo argumentos como el de Ante la bandera con El asunto Tornasol, o el rescate de Milú en Los cigarros del faraón, que no fue nombrado al hablar de La vuelta al mundo en 80 días. Pero la conferencia fue muy instructiva y entretenida, con un guiño directo a Carmen, cuando David comparó la esmeralda de Las joyas de la Castafiore con la Peregrina: la famosa perla propiedad de reyes, a la que Carmen dedicó un libro.



    Tras la conferencia de David, me retiré, no sin antes pasar por los stands de exposición de la planta de entrada, con multitud de objetos de Tintín.




La recreación de la mesa de trabajo de Hergé.





Tampoco faltan Playmobil.



En resumen, una tarde genial con una de mis series de comic favoritas y una invitada de lujo.