lunes, 3 de julio de 2017

Los ranchos de Playmobil

Dentro de la temática del oeste hay que hablar también de los ranchos. Ya sean ricas haciendas cuyos dueños se dedican a extorsionar a humildes competidores o simples granjas para el consumo cotidiano, los ranchos han jugado un papel importante en muchas películas e historias del oeste. Podemos poner ejemplos como Raíces profundas, Horizontes de grandeza o Dos hombres contra el oeste.



En el comic hay que hablar del rancho por excelencia: el Triple Seis, el rancho de Comanche.




En principio, las historias de ranchos hacen que sus personajes no se muevan del sitio. Pero siempre hay peligros que acechan al rancho. Como en Comanche, pueden vivir toda una epopeya defendiendo su propiedad.



Playmobil sacó dos ranchos. El primero a finales de los 80-principios 90: el Silver Ranch (3768),  nombre que de por sí invitaba a cabalgar por praderas y desiertos; una joya que incluía todo lo esencial en un rancho. Aunque solo contaba con dos vaqueros, toda la actividad ranchera estaba presente en la caja. Los establos, el insuperable cartel con el cráneo de búfalo y las barras de marcar ganado (con el pobre ternero escapando a éstas) eran una maravilla que nos trasladaba a lo mejor de John Ford. El cactus indicaba que estábamos en algún territorio del sur, quizá Arizona o Texas.



En los 90 Playmobil sacó un nuevo rancho: el Snake River Ranch (3805). Mantenía la misma estructura del edificio del Silver Ranch, pero con más detalles y figuras.


En el Snake River Ranch estaba el vaquero de traje rojo, como el que llevó John Wayne en varias de sus películas del oeste; el viejo capataz, nada que envidiar al viejo Ten Gallons de Comanche; el herrero y marcador de ganado con su mandil; la vaquera, quizá hija del dueño, como la propia Comanche, o quizá hermana, y sin duda llamada Paty o Maty, de armas tomar, pues se niega a vestir como las señoritas del este, una verdadera Calamity Jane. Y por último el niño, quizá hijo del dueño o simple aprendiz. Un equipo genial. El pino o abeto del fondo nos indica que, a diferencia del Silver Ranch, esta vez viajábamos más al norte, quizá a Wyoming, Colorado o Montana. Otra cosa que me llama la atención de aquellas cajas del oeste de los 90 es su luz crepuscular en las fotos, algo muy del oeste también, especialmente para esos finales en los que el héroe se aleja a caballo con la puesta de sol. Playmobil, como siempre, pensando en todo.


Nunca conseguí ningún rancho de Playmobil. El Snake River estuvo en el DS cierto tiempo y como otras piezas del oeste se me pasó... Solo he podido conseguir al vaquero de rojo y al viejo capataz en mercadillos y ferias. La chica vaquera tengo la de los sobres sorpresa. Pero estoy seguro de que algún día conseguiré el rancho.








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