Hace meses hablábamos sobre la legión perdida de Craso, cuya pista se recuperó en China. Hoy hablamos de otra legión perdida, más famosa que la de Craso, pero quizá no tan perdida: la IX Hispana.
La IX Legión Hispana, llamada así por su participación en las Guerras Cántabras, fue movilizada a Britania por el emperador Claudio en el año 43 d.C. La legión participó en la conquista de la isla, combatió contra la reina Boudicca (hay que dedicarle alguna entrada) y aplastó varias revueltas. En el 71 fue trasladada a la ciudad de Eboracum, actual York.
Pero en el año 120, durante el reinado del emperador Adriano y coincidiendo con la visita de éste a Britania, la IX legión desaparece misteriosamente. Siglos después se difundió la leyenda de que había sido aniquilada por los escotos (otros decían que por los pictos). La leyenda creció especialmente en 1866 cuando fue descubierta un águila romana de bronce en Silchester (sur de Inglaterra):
Se extendió el rumor de que ésta era el águila de la legión perdida. Esto inspiró a la escritora Rosemary Sutcliff para escribir El águila de la legión perdida, que trata sobre la historia de un centurión romano que busca el águila de la IX, perdida por su padre.
La leyenda de la legión perdida de Britania ha dado lugar también a películas, como Centurión (2010). Esta película narra cómo fue exterminada la IX y cómo se perdió el águila.
Llena de acción y violencia, Centurión se centra especialmente en la persecución de los supervivientes de la IX por los pictos.
Aunque se nota que quería seguir la estela de Gladiator tanto en el estilo como en las formas, la película se ocupa más de la acción en sí que del argumento, aunque es muy entretenida:
Un año después se estrenó otra película sobre el tema: El águila de la legión perdida. Basada en la novela de Sutcliff, cuenta cómo un centurión y su esclavo se aventuran en la lejana y salvaje Caledonia (Escocia) para recuperar el águila perdida de la IX:
La película es también recomendable por su ambientación y sus dosis de violencia. Pero la imagen de los pictos con una apariencia tan rara, más parecidos a una tribu africana que a una tribu celta, hace que la película decaiga bastante en eso...
¿Pero qué pasó realmente con la IX legión? Para empezar, el águila de Silchester no es un águila castrense, pues lo más habitual entre las legiones era que tuviese las alas extendidas. En los años setenta se asentó el consenso de que era un elemento decorativo doméstico.
En segundo lugar... la pista de la IX sí se recuperó... pero dos décadas después de que Sutcliff publicase su novela. Hacia 1970 se descubrieron inscripciones romanas en Holanda que acreditaban que la IX estuvo allí hasta el año 132. Más tarde, la legión fue enviada a Oriente, y es allí donde, esta vez sí, se pierde la pista ¿Fue también derrotada por los partos como la legión perdida de Craso? De nuevo, el misterio.
Coincido plenamente en el tema de los pictos, se carga la película. Un tema muy interesante, del que tendremos que quedarnos con la duda. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarEstoy seguro de que nos ofreceréis un diorama de romanos con esto de los que sabéis hacer tan geniales :)
EliminarSaludos
Una entrada de lo más didáctica y que gracias a ti hemos aprendido algo mas
ResponderEliminarGracias, Antonio, me alegro que os guste.
EliminarUn saludo