2 de enero de 1492. Tras una larga guerra y períodos de paz, la ciudad de Granada se rinde ante los reyes de Castilla y Aragón:
El rey Boabdil, señor del último reino árabe de la Península, avanza ante las murallas de la ciudad con las llaves de esta:
El rey nazarí es acompañado por su consejo de leales.
Boabdil avanza hacia el ejército cristiano, encabezado por los reyes:
El rey Fernando se aproxima para recibir las llaves. Junto a él, su esposa, la reina Isabel, y sus hijos: el príncipe Juan y la infanta Isabel, de luto por la muerte de su esposo el infante Alfonso de Portugal, muerto el año anterior.
La reina Isabel sonríe satisfecha. Ha conseguido lo que pretendieron sus predecesores desde Don Pelayo: terminar la Reconquista.
Tras la familia real, marchan los que han hecho posible este acontecimiento. Algunos de los que han aportado armas, hombres y dinero a esta empresa: el alcarreño Íñigo López de Mendoza, conde de Tendilla y marqués de Mondéjar, con armadura; Alonso de Cárdenas, gran maestre de la Orden de Santiago, y Gonzalo Fernández de Córdoba, llamado el Gran Capitán.
El rey Fernando conforta al rey Boabdil adelantándose y saludándolo con respeto para no humillar al enemigo vencido. Granada se ha rendido al fin.
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