viernes, 28 de junio de 2024

50 años de Playmobil

  Hace 50 años que existe Playmobil. 50 años de éxito, de genialidad, de talento, de creatividad, de ser algo más que un juguete.


Una hazaña que surgió allá por 1974 en Alemania de la mano de Hans Beck. Recordemos cómo surgió todo.




  La aventura de este carpintero nacido en Turingia en 1929 (tengo el enorme privilegio de compartir día de nacimiento con él) comenzó cuando entró a trabajar para la empresa de juguetes Geobra-Brandstätter, localizada, como sabemos, en la localidad bávara de Zirndorf. Hans era el mayor de siete hermanos y contaba que durante la II Guerra Mundial había pocos juguetes y que él se dedicó a fabricarlos él mismo para sus hermanos pequeños. Por eso, desde muy joven, supo ver qué era lo que los niños pedían. En Zirndorf aprendió a trabajar con plástico, que sería el material que le llevaría a la fama.
  En 1973 la crisis del petróleo se extendió por Europa. El presidente de la empresa, Horst Brandstätter, encargó a Hans el diseño de un nuevo juguete en el que se usase la menor cantidad de plástico posible para hacer frente a la crisis.
     Tras varios diseños, Hans presentó un muñeco aparentemente sencillo, con brazos móviles (las manos eran todavía del mismo color que los brazos y no se podían girar), cabeza giratoria (180º) y que podía sentarse, montar a caballo y coger cosas con las manos. Como contaba el propio Hans, la idea vino al ver los dibujos de los niños, que en su gran mayoría dibujan las caras humanas con dos puntos para los ojos y una sencilla media luna para la boca. Además, calculó el tamaño de la mano de un niño para que correspondiese a la figura. La medida estándar elegida fue de 7,5 cm. 
   Cuando Hans presentó el prototipo a Brandstätter, éste le preguntó: "¿Cuál es el objetivo principal de este nuevo juguete?". A lo que Hans respondió: "El mundo entero en miniatura". Y así ha sido, tras 45 años de historia. En la foto siguiente podemos ver a Hans presentando los prototipos a Brandstätter:



 Las primeras figuras de Playmobil fueron presentadas en Nuremberg en 1974, en la feria internacional del juguete, que se celebra cada año en esta ciudad bávara. Las primeras fueron un albañil, un caballero, un vaquero y un indio. La acogida fue enorme. Unos niños se acercaron a tocarlos y moverlos y quedaron encantados con la novedad. Una empresa holandesa firmó al momento un contrato con Geobra-Brandstätter para comprarles toda su producción y futuras creaciones y poder venderlas en el país de los tulipanes. Solo un año después, Playmobil se había dado a conocer en toda Europa.




¿Qué había provocado el éxito del juguete? La respuesta es: el juguete en sí mismo. Su aire completamente nuevo, práctico, muy manejable, sencillo pero con características muy individualizadas, con un sinfín de accesorios, apto para jugar y para coleccionar y con la posibilidad de dejar llevar la imaginación del gran público de manera interminable, explorando el mundo real, la Historia y creando otros mundos. Ni más ni menos. 
    Playmobil lograba salvar de la crisis a Alemania, al menos a su sector juguetero, y convertía a Geobra-Brandstätter en una de las mayores empresas del país teutón. A finales de la década llegaron plagiadores y competidores. Pero todos ellos fueron vencidos. Era la segunda victoria de Playmobil. El original se alzaba entonces y siempre frente a la copia.
     Hans dirigió el equipo de diseño de Playmobil con una enorme ilusión y profesionalidad hasta 1998, año en el que se retiró. Durante todo ese tiempo, Hans insistió a su equipo en la necesidad de observación del mundo que les rodeaba. Insistió, por ejemplo, en que acudiesen a los zoos a dibujar in situ a los animales para lograr unas figuras que lograsen reproducir a éstos sin basarse en convencionalismos predeterminados. 



En el departamento de diseño, Hans planificaba con los dibujantes e ingenieros los colores a emplear y los accesorios. 



 Así, Hans fue abarcando todos los campos y sectores del mundo, profesiones, Historia, nacionalidades, animales, vehículos... Aunque siempre se opuso a dinosaurios y extraterrestres, acabaron entrando también, aunque con menor acogida. Hans nunca deseó tampoco que la idea de agresividad formase parte de Playmobil.
   Hans sostenía que Playmobil no solo divertía a los niños, sino que "les ayudaba a comprender el mundo de los adultos". Disfrutaba al "verles jugar libremente y aportar sus propias ideas" y cómo al "imaginar diálogos y situaciones entre ellos, olvidan sus problemas". Un aspecto en el que coincide con los psicólogos, que siempre han alabado a la marca por estas razones. 
   Hans se retiró en 1998. Desde entonces, la calidad de las creaciones de Playmobil fue bajando. Hacia 2005 la política de diseño de la empresa anunciaba ya que la etapa Beck quedaba atrás. El uso de colores chillones, el system X y los diseños cada vez más extravagantes eran una declaración de intenciones ¿Qué pensaría Beck del giro del producto que él creó? Nunca lo sabremos. El genio alemán murió el 30 de enero de 2009. Siempre estaremos en deuda con él.


En los últimos 15 años, Playmobil también nos ha dado cosas buenas. Temáticas que jamás imaginaríamos en nuestras manos, como Roma, Egipto, los Alpes, etc. Sobres sorpresa que nos han aportado mucho al coleccionismo. Pero ¿hacia dónde va la política de la empresa? El último dato que daban hace unos meses es que las cuentas no van bien para Playmobil ahora mismo. La sucursal de España cerraba hace poco. Los juguetes digitales se han impuesto. Y no solo los juguetes... Hoy hay casos de niños que con tres años ya están enganchados al móvil o a la tablet ¿Qué podemos hacer ante esto?
  Playmobil es ya inmortal. Porque todo lo que le hace especial es inmortal. La visión y recreación del mundo, la vida, la historia. Todo. Todo está en Playmobil y Playmobil es un todo.


50 años después solo podemos decir ¡Gracias, Hans! Gracias, Playmobil, por estos 50 años ¡Gracias por todo!
¡¡FELICIDADES!!

















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