sábado, 1 de abril de 2017

The Knick

   Actualmente, tras finalizar la primera temporada de The Last Kingdom, estoy viendo la serie estadounidense The Knick. Situada en un hospital de Nueva York en 1900, narra la vida de sus médicos y demás personal sanitario, con los retos y complicaciones de la medicina en aquella época.




     The Knick no es la típica serie de médicos. Principalmente porque se sitúa en una época muy concreta y muy distinta a la actual, en la que las operaciones se hacían en público, preparando verdaderas carnicerías, con unos equipos rudimentarios, pero novedosos para aquella época; un tiempo en el que la cocaína se vendía en la farmacias y la heroína se usaba como tratamiento en centros psiquiátricos... (vivir para ver).



    Un reto para aquellos médicos, pero ¿cómo se avanza en medicina sino aprendiendo de los errores? Como todo en la vida, por otra parte. Valientes fueron, por lo tanto. Así, a pesar de lo antes puesto, en la serie asistimos a las primeras cesáreas con éxito, las primeras radiografías (antes, eso sí, de comprobar los nefastas secuelas de la exposición al radio), reconstrucciones de partes de la cara (la chica a la que se lo hacen parece sacada de una historia steampunk y todo) e incluso el descubrimiento de los distintos grupos de la sangre.
   Sangre, eso sí, sangre a chorros, que, sin llegar a ser gore, puede impresionar a muchos. Pero The Knick es más que eso. Asistimos a toda una galería de la sociedad de la época con todas las cuestiones sociales: racismo, mafia, drogas, policía corrupta, clínicas abortistas clandestinas, etc. Aunque siempre alabo la labor y el talento de los británicos en el género histórico, debo aplaudir esta vez los de los americanos, que nos hacen recordar que la historia es algo importantísimo para ellos.



    El genial Clive Owen encabeza un reparto bastante sólido, con personajes muy logrados. Historias de obsesiones, desengaños, amor, violencia, fracasos, pero también logros. Todo ello es The Knick, un magnífico viaje a la Estados Unidos de 1900 sin tapujos, donde descubrimos que la belle epoque no fue tan alegre y despreocupada como pensamos y que la medicina tuvo un largo y duro camino que recorrer hasta nuestros días.

3 comentarios:

  1. No será por falta de series. Ahora las sacan como churros…. Me parece una idea interesante que puede encajar estupendamente en el universo victoriano y de principios del siglo XX. Lo que más echo en falta en esto de las series es un enfoque más “para todos los públicos”. Cada vez lo veo más enfocado a un segmentos muy específicos (niños, jóvenes, adultos…), pero siempre muy diferenciado. Querrán que veamos la tele cada uno por su cuenta. Un saludo.

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  2. Es una cuestión muy interesante lo que planteas, Jose, porque además es un tema que como ya habrás visto he intentado potenciar dentro de mi dedicación a la educación. Llevo largo tiempo reivindicando el enfoque para todos los públicos en la ficción. Como ves, no es un tema que venda mucho, ya que estamos asistiendo en las últimas décadas a una cada vez más "segmentización" de la actualidad. Reivindico las cosas que se hacían en familia y más aún en estos momentos.
    Gracias por comentar
    Un saludo

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  3. Independientemente de esto, creo que The Knick es una buena serie y bastante recomendable.
    Un saludo

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