Estados Unidos, 1868. La nación vive el acontecimiento que unirá al este y al oeste: la construcción del ferrocarril. Dos compañías han recibido la concesión del gobierno para realizar el trazado: la Central Pacific, que lo hace desde San Francisco, y la Union Pacific, desde Nebraska.
Estos trabajadores son empleados de la Union Pacific. Van trasladando su campamento a medida que la línea avanza hacia el oeste. Hay que allanar el terreno, talar árboles, asentar las traviesas y los raíles, levantar puentes, construir túneles, etc.
Muchos chinos engrosan las filas de estas compañías. Aunque son esforzados, no reciben el mismo trato que los otros empleados. Aquella caja de chinos que nunca vio la luz tuvo que parecerse a esto:
Para evitar los disturbios, la Union Pacific moviliza a milicias, que se encargan de imponer el orden en los campamentos:
Unas estampas muy acetadas. ¡ Ese nuevo sombrero chino es una pieza fantánstica !
ResponderEliminarSin duda. Un acierto muy realista
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