Antes de que los colonos ingleses se lanzaran a explorar el sur de los actuales EEUU, antes de la famosa expedición de Lewis y Clark, un español natural de Jerez de la Frontera recorrió aquellas vastas tierras desconocidas en una aventura sin precedentes: Alvar Núñez Cabeza de Vaca.
Todo comenzó en junio de 1527, cuando Cabeza de Vaca acompañó como tesorero a Pánfilo de Narváez en el viaje de este a Florida para tomar posesión de la península en nombre del emperador Carlos I. Narváez había dirigido al ejército enviado por Diego Velázquez de Cuéllar para apresar a Cortés. Pero fracasó y quedó tuerto de un ojo:
Cabeza de Vaca recoge su aventura en su libro Naufragios. La expedición de Narváez desembarcó en Florida, pero no era lo que se esperaban. Los indios eran hostiles y no encontraron los ansiados recursos que buscaban. Pero, a diferencia de lo que se cuenta por ahí (sobre todo en internet), el libro no menciona en ningún momento que buscasen la legendaria Fuente de la Eterna Juventud.
Así, Narváez dio orden de hacerse a la mar con botes para alcanzar la costa del oeste. Una tormenta desvió los botes y Cabeza de Vaca perdió de vista a sus compañeros. Naufragó en la isla Galveston, en la costa de Texas:
De Narváez jamás se supo. Cabeza de Vaca fue tomado como esclavo junto a otros españoles supervivientes. Destacó como curandero ante los admirados indios, lo cual les hizo ganarse su respeto. Es difícil saber qué tribus eran aquellas con las que Cabeza de Vaca trató, pues los nombres que les pone en Naufragios no se corresponden con ninguna. Pero debió tratarse de los kiowas, wichitas, conchos, etc. Tras varios episodios conflictivos con los indios, solo Cabeza de Vaca logró la libertad y se reencontró con tres supervivientes de los botes de Narváez: Andrés Dorantes de Carranza, Alonso del Castillo y Estebanico, un africano que fue el primer hombre negro que pisó EEUU.
Así, Cabeza de Vaca y sus compañeros se lanzaron a caminar por aquellas vastas tierras de las actuales Texas y Nuevo México con el objetivo de alcanzar el virreinato de Nueva España. En su largo viaje, descubrieron valles, ríos, desiertos y trataron con numerosas tribus:
Los cuatro expedicionarios comerciaron con los indios de estas tribus. Cabeza de Vaca siguió extendiendo su fama de curandero.
En una ocasión le llevaron ante un indio que había sido herido por una flecha: "Era muy larga, y con un hueso de venado, usando de mi oficio de medicina, le dí dos puntos[...] y otro día le corté los dos puntos al indio, y estaba sano; y no parescia la herida que le había hecho sino como una raya de la palma de la mano, y dijo que no sentía dolor ni pena alguna; y esta cura nos dio entre ellos tanto crédito por toda la tierra, cuanto ellos podían y sabían estimar y encarescer".
Finalmente, en 1536, se encontraron con unos jinetes españoles en el oeste del actual México:
"Y otro día de mañana alcancé cuatro cristianos de caballo, que recebieron gran alteración de verme tan extrañamente vestido".
De este modo, el largo y duro viaje terminó. Fueron nueve años recorriendo un mundo desconocido, lanzados a la aventura con la única idea de sobrevivir. Y lo consiguieron.
¡Genial artículo! Yo el libro no lo he leido, pero la película si que la vi hace años en la filmoteca y hace poco la conseguí en un dvdrip y la puede ver otra vez. Está muy bien Juan Diego como protagonista.
ResponderEliminarMe encanta la composición de la primera imagen, con el buitre acechando. Las figuras muy adecuadas aunque la de la izquierda para mi tiene exceso de serigrafia.
Gracias :) El libro es un poco pesado de leer por el lenguaje del siglo XVI. La peli no la he visto, pero la veré.
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ResponderEliminarEncantado. Te mando un email en cuanto pueda :)
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