martes, 9 de diciembre de 2025

La última Navidad de Dickens

 

Acudimos ahora a una de las figuras que más ha forjado la imagen pública (o privada) de la Navidad: Charles Dickens. 


 Con su obra Cuento de Navidad, Dickens no solo aportó una visión humanista y optimista de esta fiesta. Se puede decir que también la salvó.

 La huella puritana seguía muy presente en Gran Bretaña. Se podría decir que el clero anglicano era “celoso del celo”, pues los vicarios parecían competir por ver quién celebraba la Navidad de forma más austera. Sus festejos no parecían extenderse más allá de celebraciones privadas a nivel familiar y actos en las parroquias. Con Cuento de Navidad, Dickens promovió una celebración vitalista, grandiosa, que diseñó, de algún modo, la idea que todos tenemos de la Navidad.


Dickens hizo que la Navidad recuperara el jolgorio y la alegría, tanto a nivel estético como emotivo, de los tiempos pasados. La reina Victoria, admiradora de Dickens, promovió también este nuevo impulso a la Navidad. La soberana fue ayudada en esta labor por su esposo, el príncipe Alberto, quien, como ya hemos visto, hizo muy popular la difusión delárbol de Navidad entre los hogares británicos.


En diciembre de 1869 Dickens acudió por última vez para hablar en Saint James Hall ante docenas de personas que esperaban, como en otras ocasiones, escucharle leer sus obras, poner voz a sus personajes. 

El hombre que había creado a Scrooge y vuelto a dar vida a la alegría navideña en la era victoriana no iba a hablar de Oliver Twist ni de David Copperfield, ni de ningún otro de sus personajes: iba a despedirse. Era su última Navidad.

            Dickens resaltó en ésta, la que fue su última conferencia, con nostalgia, sus recuerdos navideños:

 

            "Hubo épocas en las cuales, para la mayoría de nosotros, la Navidad rodeaba nuestro mundo limitado, sin dejarnos buscar nada nuevo ni tampoco echar nada de menos. Nos agrupaban a todos y cada uno alrededor del hogar y hacía que el pequeño cuadro brillara completo ante nuestros ojos."

 



            De nuevo, reivindicó lo que para él debería ser la verdadera Navidad:

 

  "¿Existió realmente alguna vez esa cena de Navidad, después de la cual nos levantamos y generosa y elocuentemente rendimos honor a nuestro último rival, presente entre los invitados, y allí mismo nos juramos amistad e indulgencia y encontramos un afecto perdurable hasta la muerte?[…]Por eso, cuando llegamos a cierta edad, estamos aún más agradecidos, porque el círculo de nuestros recuerdos de Navidad se expande más aún y aporta nuevas lecciones. Demos la bienvenida a cada uno de ellos e invitémosle a ocupar su lugar cerca de la chimenea."


      El genio británico se estaba despidiendo. En esta última conferencia, Dickens nos regaló su Navidad. Su idea de la Navidad. Y, sin duda, es la que pervive en todos nosotros.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario