domingo, 1 de junio de 2025

El aceite del Santo Sepulcro

 Acre, 1271. Marco, Niccolo y Maffeo Polo desembarcan en la plaza fuerte de los cruzados en Tierra Santa. Allí son recibidos por Teobaldo Visconti, el legado papal. La Iglesia sigue a la espera de que los cardenales elijan al nuevo papa en un cónclave que está durando ya tres años. Los venecianos solicitan a Visconti el permiso para ir a Jerusalén a por aceite del Santo Sepulcro.


    Visconti se lo concede. Jerusalén está ahora en manos musulmanas de nuevo, desde el fracaso de la tregua del emperador Federico II tras la sexta cruzada. Los sarracenos controlan el acceso de los peregrinos a la basílica del Santo Sepulcro. Católicos, ortodoxos y armenios velan por el templo.


    Los sacerdotes bizantinos proporcionan a los Polo el preciado aceite que será el presente para el gran khan, además de ricos objetos de valor provenientes de Venecia.


    Cuando se dirigen hacia el norte, los Polo se enteran de que por fin han elegido un nuevo papa: el propio Visconti. Ha tomado el nombre de Gregorio X. Los venecianos se presentan de nuevo en Acre ante el nuevo pontífice.


    Gregorio X les entrega salvoconductos. Pero en cuanto a la petición de los 100 sacerdotes para el khan, resulta imposible, pues no hay tantos en Tierra Santa y se requieren sus servicios. El papa solo puede concederles dos frailes: Niccolo de Vicenza y Guglielmo de Trípoli.


El viaje hacia Cathay puede comenzar. Pero será largo, pues deberán recorrer la ruta de la seda.

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