domingo, 8 de junio de 2025

Un largo desierto

 Marco, su padre y su tío, ya con las credenciales del papa en su poder y los dos frailes predicadores, recorren el largo desierto de Persia. Un largo camino que les lleva, a través de la ruta de la seda, hacia la misteriosa Tartaria. Solo cinco europeos han llegado a ella: los dos monjes bizantinos de Justiniano, en el siglo VI, que se hicieron con los gusanos de seda; el franciscano belga Willem van Ruysbroeck, enviado por Luis IX de Francia, y los franciscanos Giovanni da Pian del Carpine y Benedicto de Polonia. Estos dos últimos fueron comisionados por el papa Inocencio IV, treinta años antes que los Polo, para ir a la corte de Guyuk Kan. Y lo consiguieron. Pero la ruta de la seda está llena de peligros.


    Es necesario ir bien provistos. No debemos olvidar tampoco los caravasares: los lugares de parada y repostaje de las caravanas del desierto.


El camino se hace largo y pasan las semanas. Pero nada altera el espíritu joven y aventurero de Marco.

    
    Pero los frailes no son de la misma opinión. Los sarracenos andan muy revueltos por la zona y amenazan a los cristianos: armenios, georgianos... Temen por sus vidas. 


    Finalmente, acuerdan que fray Niccolo y fray Guglielmo regresen a Acre. Ahora, los Polo deben adentrarse solos en las tierras del Lejano Oriente.



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