Una tragedia en el hielo

  Diciembre de 1911. Scott y sus hombres avanzan hacia el sur. Los noruegos les llevan una clara ventaja. La expedición se detiene en el glaciar Beardmore. Algo pasa con los ponis manchúes. Algo con lo que no contaban...

  Los ponis no están acostumbrados a soportar temperaturas tan bajas. A diferencia de los perros, no transpiran por la boca, sino por la piel: su sudor se transforma en costras de hielo y poco a poco se van congelando. Además avanzan más lentos que los perros y requieren más alimento.

No queda más remedio que matar a los ponis. Scott da la orden:

    17 de enero de 1912. Scott y sus hombres alcanzan por fin el Polo Sur... y descubren que los noruegos se les han adelantado. Allí, ondea la bandera de Noruega. El momento es desolador: Scott, que hizo de la conquista del Polo Sur su gran obsesión, ha fracasado. Amundsen ha ganado.

    Semanas soportando el frío y el hielo, arrastrando trineos... de nada ha servido. El momento que habían soñado ya no pueden contemplarlo. Los noruegos han dejado algunas cajas junto a la bandera. Entre ellas, una carta de Amundsen dirigida a Scott:

"Querido comandante Scott:

Como usted será probablemente el primero en llegar aquí después de nosotros ¿puedo pedirle que envíe la carta adjunta al rey Haakon VII? Si los equipos que hemos dejado pueden serle de alguna utilidad, no dude en tomarlos.

Con mis mejores votos, le deseo un feliz regreso.

Sinceramente suyo,

Roald Amundsen"

  Scott termina de leer la carta. En su mirada hay rabia y pesar. Todo ha terminado. La victoria que ansiaba para Gran Bretaña no se ha producido. En su diario, Scott escribe:

"Lo peor ha sucedido. Una simple mirada nos revela todo. Los noruegos se nos han adelantado..."

  El 19 de enero Scott y sus compañeros, Lawrence Oates, Edgar Evans, Edward Wilson y Henry Bowers, emprenden el duro regreso a Cabo Evans. 

Desmoralizados, con muchos menos víveres, esperan recibir los suministros de refuerzo acordados. Pero estos no llegan. Ni  Scott ni sus compañeros volverán a Inglaterra. En noviembre, un grupo de búsqueda descubre sus cadáveres.

  La carrera al Polo Sur ha terminado. Amundsen ha ganado y junto a Scott ha firmado otra página más en las grandes exploraciones.