Los mitreos eran lugares de culto al dios Mitra. Eran recintos ocultos, subterráneos, en los que solamente podían entrar los practicantes de esta religión mistérica.
La estancia se encontraba presidida por una estatua del dios Mitra sacrificando a un toro (el Toro de la Regeneración).
El culto a Mitra, dios de origen persa, se extendió sobre todo entre los soldados romanos.
El sacerdote iniciaba los rituales:
Recibían al neófito y comenzaba su iniciación:
No hay comentarios:
Publicar un comentario