martes, 15 de octubre de 2024

STOP Leyenda Negra (VI)

  La polémica generada el año pasado por los insultos racistas dirigidos a Vinicius me lleva de nuevo a pensar en la falta de conocimiento que se tiene por parte de mucha gente sobre la realidad y el pasado de España. Es muy fácil y triste caer en la Leyenda Negra, pero, como señaló Alfonso Borrego, es más triste pensar que España es la única nación que se la ha creído (por suerte no todo el mundo). Es muy fácil creer la imagen que los anglosajones han difundido de nuestros antepasados: Inquisición, crueldad, fanatismo...



    Vayamos por partes. En primer lugar, condeno todo insulto racista. Denunciemos a alguien por sus actos, no por su origen ni raza. Pero, siento decirte, Vinicius, que los que te insultan a ti y a otros no lo hacen por un tema racista. La prueba es que en sus clubes también hay jugadores negros y, a estos, no les insultan. El insulto al rival es algo que ha existido siempre. Los hinchas madridistas que te admiran nunca te insultarán, por muy ultras que sean, porque eres del Madrid. Pero sí insultarán a jugadores de otras razas porque son rivales. 


    En segundo lugar, cuando saltó esta polémica y las redes sociales se incendiaron, yo colgué esta imagen:


    Representa, como se puede ver, un matrimonio interracial en la América española del siglo XVIII. Un esposo blanco y una esposa india ¿Dónde está el racismo? Visitad el Museo de América en Madrid y veréis muchas imágenes como esta. La subnormalidad, que no entiende de fronteras ni de nivel social, se hizo patente cuando una voz contestó: "Pero esto es que abusaban de ellas". Nunca he visto a una mujer retratarse junto a su violador. La ignorancia, gran amiga de la subnormalidad, demuestra el desconocimiento de esa voz y de otras de la política de matrimonios mixtos que se llevó a cabo en los territorios españoles y portugueses en América. Y resalto esto porque no existió esta política, ni siquiera de manera espontánea, en la América británica ni en la holandesa (y escasamente en la francesa, solo hace falta ver la población de Haití o Canadá).
    Pero vayámonos más lejos en el tiempo. En 1503, los Reyes Católicos animaron a los españoles a contraer matrimonio con las indígenas. Es decir, se fomentó desde el inicio de la conquista el mestizaje. En 1513, el rey Fernando se reafirmó mediante una Real Cédula a que se fomentase esta costumbre. Recordemos las Leyes de Burgos en las que en ningún momento se muestra desprecio por los indígenas: al contrario.


    Pensemos también en Gonzalo Guerrero, el español que naufragó en México en 1511, antes que llegara Cortés, y que se inundó de la cultura maya, se casó con una princesa de este pueblo y llegó a ser un jefe:


    Pensemos en la ya citada relación entre Cortés y Malinche. O en Juan Ortíz, a quien vimos salvado por aquella princesa india en la Florida. No hay duda de los abusos que cometieron muchos encomenderos, pero ¿por qué la Leyenda Negra solo se ha quedado con eso?
    Y no nos quedamos ahí. Entre los siglos XVI y XVII vivió en Perú y en España un personaje imprescindible de la cultura hispanoamericana: el Inca Garcilaso de la Vega:


 Hijo del conquistador pacense Sebastián Garcilaso de la Vega y de la princesa inca (y sobrina de Atahualpa) Chimpu Ocllo, es el mejor ejemplo de la unión de dos identidades: la española y la indígena. Su obra Comentarios Reales de los Incas (1609) es fundamental para conocer la cultura incaica.
    Y, además, los españoles somos herederos de los romanos, uno de los pueblos que más fomentó el mestizaje. Y lo consiguió mucho más en España que, por ejemplo, en la belicosa Britania. Ni españoles ni romanos vieron nunca el mestizaje como algo negativo, cosa que sí hicieron, al parecer, muchos anglosajones, como demuestra la historia: Norteamérica, Australia...
    Si España fuera un país racista jamás habríamos conseguido ese mestizaje tan abundante en América.










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