miércoles, 10 de octubre de 2018

Guillermo Tell

  El año pasado anunciaba la historia de Guillermo Tell (Wilhelm Tell) con Playmobil. Bueno, pues aquí está:



LA  LEYENDA  DE


 GUILLERMO TELL



   Suiza. Principios del siglo XIV.  Casi todos los cantones del centro y el este están ocupados por la casa austriaca de los Habsburgo. Gessler, gobernador (o burgomaestre) en nombre de estos soberanos, manda con mano de hierro sobre el cantón de Uri. Para demostrar su despótico poder, ha ordenado colocar su sombrero en la plaza pública de Altdorf, la capital del cantón, y obligar a los aldeanos a saludarlo.
     Wilhelm Tell es un ballestero muy popular en el cantón. No hay quien le supere en su puntería con las flechas. Vive en la aldea de Bürglen junto a su esposa Hedwige y su hijo Walter
 Wilhelm tiene que ir a Altdorf a comprar provisiones. Walter se empeña en acompañarlo. Se despiden de Hedwige y se ponen en camino:



   De camino a la ciudad, Wilhelm y Walter saludan a unos leñadores. Ellos le devuelven el saludo alegres. Los boyeros ladran. Walter les observa con curiosidad.



-Padre ¿es verdad que los abetos de las montañas sangran cuando los cortan con el hacha?
-Eso cuentan los cabreros. Lo que pasa es que adoran a los árboles porque protegen a las aldeas de los aludes en invierno.



-¿Toda la tierra tiene montañas, abetos, lagos y nieve?
-No, Walter. Dicen que muy lejos de aquí, en el sur, hay praderas y campos donde rara vez nieva. Y sus árboles son muy distintos de los nuestros. Pero las gentes de esas tierras no son libres: son de reyes, obispos y señores.


  -¿Y nosotros somos libres?
-Naturalmente. Porque el águila de los austriacos nunca podrá dominar el corazón indomable de los helvecios.
    Wilhelm y su hijo pasan junto a algunas granjas. Todos los campesinos le saludan y Walter se da cuenta de lo querido que es su padre.


  Al fin, llegan a la ciudad. El pequeño Walter se queda asombrado. Nunca antes había estado más allá del bosque de Bürglen. Altdorf es todo un espectáculo para él.




 CONTINUARÁ...























































2 comentarios:

  1. Leyendo la entrada no puedo dejar de recordar “El halcón y la flecha” de 1950, con un Burt Lancaster en estado de gracia y que tiene mucho de la leyenda de Guillermo Tell. Claro que la película está adaptada a las necesidades del guión de la época. Esperamos al desenlace. Gracias por compartirlo. Un saludo

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  2. Gracias a vosotros. El halcón y la flecha tiene mucho tanto de Guillermo Tell como de Robin Hood, sin duda. Ambos personajes son emblemas medievales para mí y hacía tiempo que quería homenajearles.
    Un saludo

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