El sorteo de la Lotería de Navidad el 22 de diciembre es el arranque no oficial de la Navidad en España. Y la televisión se ha hecho eco de este evento desde hace años. El anuncio de la Lotería de Navidad es un imprescindible de estas fiestas. Estrenado a mediados de noviembre, cada año, se introduce en nuestra rutina y en nuestro imaginario.
Se podría decir que los anuncios de la Lotería de Navidad han ido cambiando a la vez que lo han hecho los tiempos. Sin duda. Pero también han ido cambiando en cuanto a la idea que han pretendido transmitir. Promocionar algo puramente materialista como es el sorteo de millones de euros (desde 2002, claro) requiere de gran imaginación.
Durante décadas, el anuncio de la Lotería de Navidad ha jugado con la idea de que el sorteo es algo que vinculamos inconscientemente con nuestras Navidades: forma parte de ella. Al mismo tiempo, la han combinado con la idea de la ilusión, la magia y la felicidad. Tres ideas puramente navideñas, por otro lado. Parte de esos anuncios con los que se quería expresar esas ideas son los que se exhibían a finales de los años noventa y principios de la década de 2000. Eran los que protagonizaba el actor Clive Arrindell, conocido como "el Calvo de la Lotería".
Se suponía que su personaje era una especie de espíritu navideño que hacía que todo se llenara de luz e ilusión mediante la llegada de la Lotería, a través de los décimos. Un poco al estilo del espíritu de las Navidades presentes. Eran anuncios en blanco y negro, ambientados en los años cuarenta y cincuenta, como una llamada a la nostalgia. En ellos, aparecían calles iluminadas, tiendas de ultramarinos, etc.
Todo con el vals de Maurice Jarre de Doctor Zhivago como música de fondo. Los únicos personajes con colores eran las hadas que hacían llegar esa luz:
Hacia 2007, el Calvo desapareció y los anuncios promocionaban la Navidad como algo cotidiano y la Lotería como algo que viene acompañado por la suerte. Acompañados de la música de Cinema Paradiso de Ennio Morricone, se lanzaba la idea de que la Navidad se puede celebrar allá donde uno esté.
Y se lanzaba la idea neopagana de que "la diosa Fortuna nos visite".
Quizá se vio en estos anuncios una frivolidad materialista, por lo que en 2013 se recurrió a una visión más navideña, con velas encendidas en el municipio segoviano de Pedraza y la participación de cantantes famosos como Raphael o Montserrat Caballé al estilo de una gala.
El público no acogió bien este anuncio. Se decía que la expresión de algunos cantantes parecía más bien de película de terror y se multiplicaron los memes por internet.
A partir de la Navidad de 2014 hubo un antes y un después. Nos contaba la historia de un desempleado que había olvidado comprar el décimo de la lotería en el bar de su amigo y se entera de que ha tocado el Gordo allí. Animado por su mujer, baja al bar, donde los agraciados lo están celebrando. Emocionado, descubre que su amigo le ha guardado un décimo.
Aunque el anuncio fue también muy parodiado, se planteaba claramente un cambio en el mensaje de la promoción: el premio es compartirlo. Compartir los décimos de la Lotería fue desde entonces, y hasta hoy, el mensaje que estos anuncios han querido transmitir.
Al año siguiente, se volvió a promocionar lo mismo, pero a través de un vigilante nocturno al que sus compañeros de trabajo le guardan el décimo. Exactamente lo mismo, pero con dibujos animados hechos por ordenador. La gente lo aplaudió más que el de 2014 ¿La razón? Estaba hecho con ordenador ¡Sí!
No hace falta hablar del de 2016, en el que todo un pueblo le sigue la corriente a una anciana que cree que le ha tocado el Gordo. Sin comentarios... Al año siguiente, Alejandro Amenábar presentaba uno en el que un chico se enamora de una chica extraterrestre, con la que comparte el décimo. Por su larga duración se comparó con la promoción de una serie.
A partir de la pandemia de 2020, los anuncios han seguido con la idea de compartir y apelar a los sentimientos humanos. Pero quizá se hayan apartado más de la Navidad en sí.
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