Entonces, el espíritu de las Navidades futuras lleva a Scrooge a la casa de los Cratchit. Todo el mundo está muy callado y triste.
-Debe de estar llegando.-dice la señora Cratchit.
-Debe de estar llegando.-dice la señora Cratchit.
-Recuerdo cuando... cuando caminaba con el pequeño Tim a hombros, y venía rapidísimo.
Entonces, llega Cratchit a su casa. Parece triste, pero se muestra alegre ante su familia.
-Estará todo listo mucho antes del domingo.
-¡El domingo! Entonces, ¿has ido hoy, Robert?
-Sí, cariño ¡Qué pena que no hayas podido ir! Te habría gustado ver lo verde que es aquel lugar. Pero seguro que lo podrás ver a menudo. Le prometí que iría a pasear por allí el domingo ¡Mi pobre hijo!
Y rompe a llorar.
-Estoy seguro de que ninguno de nosotros olvidará al pobre Tim ¿no es así?
-¡Eso jamás, padre!
-Y también sé... que cuando recordemos lo paciente y bueno que era, a pesar de ser un niño pequeñito, no discutiremos entre nosotros por tonterías, ni olvidaremos el ejemplo del pequeño Tim.
-Espíritu... creo que se acerca el momento de separarnos. Lo sé... pero no sé cómo... Dime ¿quién era el hombre muerto del que hablaban los otros?
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