sábado, 10 de junio de 2017

París: Museo de Cluny (III)


La joya del museo es la colección de tapices de La dama y el unicornio. Pero al ser tan famosos no les hice fotos. Se pueden encontrar en cualquier parte. Todavía hoy siguen siendo un misterio ¿simbolizan los 5 sentidos como siempre se ha dicho? Se ha escrito mucho sobre ellos, pero la mejor novela sobre estos famosos tapices es La dama y el unicornio de Tracy Chevalier. Pongo foto de google:



De talleres también flamencos, pero de autor más tosco, es la serie dedicada a San Esteban, que también acoge el museo. Unos tapices no tan célebres, pero también curiosos. En ellos se repiten las flores, el león, el unicornio y el mono:



Estos tapices se encuentran cerca de la sala del unicornio y junto a una de las salas más curiosas del museo, en la que se puede ver una sillería de coro entera con misericordias extrañísimas (me refiero a los salientes de las sillas decorados con figuras):


En ellas aparecen representaciones de pecados, figuras grotescas, burlas acerca del mundo medieval y escenas de la vida cotidiana.

Y cerca de esa sala llega otra sorpresa: ¡un cuerno de unicornio!


Sus propietarios debían de estar orgullosísimos de tener semejante objeto ¿Pero qué es en realidad? Nada menos que un cuerno o colmillo de narval. Y aquí entran en escena nuestros amigos los vikingos. En la Escandinavia ya cristiana muchos fueron los que vendían cuernos de narval haciéndolos pasar por los preciados cuernos de unicornio. Con el tiempo, en Europa occidental se comenzó a pensar si el unicornio podría vivir en el mar. Solo más tarde se descubrió la verdad:


A estos cuernos se les atribuían muchas propiedades: potentes antídotos, potenciadores de la fertilidad, contra la melancolía... 




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