domingo, 27 de enero de 2019

La huella nórdica de Tolkien IX

  Los elfos son descritos en la obra de Tolkien como seres bellos, perfectos, inmortales, sabios, etc. Tienen todas las virtudes de las que se supone que los humanos carecen. Por esa razón siempre me han parecido los personajes menos interesantes de la saga.


 ¿Qué son realmente los elfos en la mitología nórdica? La verdad es que no están nada definidos. Lo primero que se cuenta de ellos es que surgieron a partir de los gusanos del cadáver del gigante Ymir, con el que se formó el mundo. Esos elfos surgidos se dividen en elfos de luz y elfos oscuros.         Algunos suponen que los elfos oscuros eran los propios enanos, porque se dice que vivían bajo tierra u ocultos entre las rocas. Son descritos como seres feos y morenos (los personajes malignos en la mitología nórdica suelen ser descritos con esos rasgos). Esta distinción pudo inspirar a Tolkien la lucha de opuestos elfos vs orcos.

Visión decimonónica de los elfos del pintor sueco Nils Blommér. En ella se puede ver que los elfos no son ni los altivos seres de Tolkien ni los duendecillos alados victorianos.


  Se supone que los elfos que aparecen de manera escasa en las sagas nórdicas son los elfos de luz. No existe ninguna descripción exacta de su naturaleza, si son altos o bajos o sus características. Se dice que están vinculados al dios Frey, a quien llaman "señor de los elfos". También se dice que viven en Alfheim, "reino de los elfos". Otros datos que se tienen de ellos es que algunos tuvieron hijos con humanas y que tienen el poder de sanar.


 Ya en época cristiana, la imagen de los elfos se divide entre lo maligno y lo misterioso. En el primer caso, tenemos el poema de Goethe El rey de los elfos, donde se describen como fuerzas malignas que poseen a los niños. Su cara amable la representa Oberón, llamado "rey de los elfos y las hadas" por Shakespeare en El sueño de una noche de verano. En su dimensión más popular, los elfos son vistos en el folklore como seres a veces etéreos, a veces como duendecillos traviesos o amables.



  Esta imagen ambigua permaneció hasta que Tolkien diseñó la imagen que todos tenemos hoy día de ellos. Según cuenta su hijo Christopher, en sus últimos años Tolkien se centró especialmente en los elfos, en su dimensión más mística, como parte de las obsesiones metafísicas que el escritor inglés tuvo al final de su vida ¿Qué supusieron realmente los elfos para él? Nunca lo sabremos...
  Con los elfos termino estas entradas dedicadas a las huellas nórdicas en Tolkien.



3 comentarios:

  1. Un ciclo muy interesante Diego. Has tratado muchos temas claves que explican muchos de los orígenes de las fuentes de las que ha bebido el nuevo mundo fantástico tan de moda en estos últimos tiempos. Gracias por compartirlo. Un saludo

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  2. Gracias, Javi. Me alegro que haya cumplido con mi objetivo. El siguiente ciclo de Tolkien tratará sobre la huella celta.
    Saludos

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  3. Jose perdón jajaja a veces os confundo

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