A los que nos gusta la historia militar no podemos olvidar que muchos de los soldados que volvieron de la guerra para contarlo lo hicieron gracias a los cuidados de las enfermeras. Por eso, hay que recordar a Florence Nightingale, la creadora del cuerpo de enfermeras.
Durante la Guerra de Crimea (1853-1856), que enfrentó a Rusia contra Gran Bretaña y Francia, Florence, guiada por una enorme fe, sintió que su deber era socorrer a los heridos de aquel conflicto.
Con un grupo de mujeres viajó a Crimea. Allí descubrió que los soldados no recibían ninguna atención médica, una total falta de higiene y la proliferación de infecciones entre los heridos.
Una prueba más del realismo de Playmobil: ¡esos cañones son clavaditos!
Al hacerse cargo de éstos, averiguó que todo se debía a las malas instalaciones de los hospitales de la zona. Con esfuerzo y ayuda, Florence logró mejorar aquellas condiciones, no solo en Crimea, sino en muchos otros hospitales del imperio.
Florence fue proclamada santa por la Iglesia Anglicana. Y creo que lo merecía bastante.
De regreso a Inglaterra, Florence relató su experiencia y convenció a la clase política de la necesidad de crear escuelas para la formación de enfermeras. Y así empezó todo.
Florence atendiendo a un oficial
Crimea, una entrada muy bonita. Me encanta el periodo. Efectivamente no se empezó a mejorar la salud de la tropa hasta bastante después. Incluso las condiciones en la Primera y Segunda Guerra Mundial fueron muy malas. Tardaron bastante en darse cuenta de cosas que hoy parecen evidentes, como lavar el material quirúrgico o las vendas… los soldados morían más por la infección del tratamiento que por la herida. Gracias por compartirlo. Saludos
ResponderEliminarMuy cierto todo esto
ResponderEliminarGracias como siempre
Saludos