En ausencia de su esposo, que ha partido a la Cruzada, la dama Aurimonde tiene que ocuparse del gobierno del feudo. Debe atender todos los asuntos de sus siervos y vasallos. Habrá de revisar las cuentas de las rentas del feudo, inspeccionar los campos y aldeas, pagar la soldada a sus guardias e impartir justicia.
En el gran salón del castillo, adornado con tapices, la dama recibe a unos campesinos que mantienen una disputa por la explotación de unos terrenos. Parece ser que el hito que marcaba su separación ha sido desplazado.
Aurimonde deberá escuchar a los campesinos, pedir consejo al clérigo Guibert y resolver el conflicto.
Aurimonde deberá escuchar a los campesinos, pedir consejo al clérigo Guibert y resolver el conflicto.
Desde luego los tapices hacen mucho para darle cuerpo a la escena. Mucho trabajo va a tener esta señora mientras su marido está ausente en las cruzadas. Esperemos que vuelva pronto y a salvo. Saludos
ResponderEliminarGracias Jose. En este caso me he inspirado en Viaje por el corazón de la Edad Media como en otras entradas.
ResponderEliminarEsperemos que si.
Saludos y gracias como siempre