viernes, 1 de noviembre de 2024

Funeral celta (III)

  Tras ver los ritos celtas de inhumación y cremación, pasamos a ver el tercer tipo: exposición de cadáveres a los buitres. Este ritual fue especialmente desarrollado por los celtíberos:



Este rito solo estaba reservado a los guerreros muertos en combate. El difunto era colocado con sus armas sobre una pira o lugar elevado:


Después se le deja solo. Los buitres, como animales psicopompos (que pueden viajar al Más Allá) en la creencia celtíbera, no solo devorarán la carne del cadáver, sino que además llevarán su alma al mundo de ultratumba.









STOP Leyenda Negra (VIII)

   La primera vez que oí hablar de la Leyenda Negra fue a través de la historia de uno de los personajes más oscuros de la historia de España: Don Carlos de Austria, príncipe de Asturias.





    El hijo primogénito de Felipe II y María de Portugal (su primera esposa) nació con trastornos. Sus padres eran primos por partida doble, costumbre de los Austrias que recaería de manera negativa en sus sucesores. Don Carlos sufrió de debilidad a lo largo de su vida, comportamiento psicópata: disfrutaba torturando animales y mandó azotar a una criada. Fue precisamente persiguiendo a una criada cuando sufrió un grave accidente al golpearse la cabeza.
    El tratamiento fue extravagante: colocaron junto a él en la cama la momia de San Diego de Alcalá, ciudad en la que se encontraba. Se realizó una trepanación, que no hizo sino aumentar su comportamiento psicopático. 
    Esto sucedía en 1562. Pero unos años antes había visitado a su abuelo Carlos I, que se encontraba en el monasterio de Yuste tras haber abdicado en 1556. El emperador se entristeció por saber que la corona de España iba a pasar a un personaje que no estaba a la altura, por decirlo de una manera sutil. Pero también recibió la visita de Juan de Austria, su hijo bastardo. Y, en esta ocasión, se lamentó de que este no fuera el heredero.


    La educación de Don Carlos coincidió precisamente con la de su tío Juan de Austria y su primo Alejandro Farnesio. Además de su locura, tras el accidente, el príncipe de Asturias comenzó a manifestar una creciente ambición por el trono. Felipe II se llevaba solo dieciocho años con él, por lo que tardaría en morir. La impaciencia de Don Carlos se tradujo en la insistencia por participar en los asuntos del reino, en el deseo de ser soberano de los Países Bajos y en intentar atraer a Juan de Austria a su causa. Este se negó, con lo que se rompería la parte de la Leyenda Negra que sostiene que el medio hermano del rey conspiró para destronar a este. 
    El nombramiento del duque de Alba como gobernador de Flandes supuso una afrenta para Don Carlos, que intentó asesinar al duque con una daga, pero fue inmovilizado.


El príncipe pidió a Juan de Austria que le dejara viajar a Italia con él, pero éste, presintiendo un complot, informó al rey. Al enterarse de que había sido delatado, Don Carlos intentó asesinar a su medio tío, pero Juan de Austria lo redujo.
    La locura del príncipe tenía que ser controlada y Felipe II decidió confinarlo en sus aposentos. Don Carlos prosiguió con su locura y emprendió una huelga de hambre, posible causa de su muerte en 1568. La noticia del fallecimiento del heredero de España se difundió por las cortes europeas. Los rumores conformaron la Leyenda Negra. Las fake news contra España no habían hecho más que empezar. A finales del siglo XVIII, Friedrich Schiller publicó una obra de teatro llamada Don Carlos que presentaba al príncipe de Asturias como un héroe romántico, frente a un malvado Felipe II, y enamorado de la joven esposa de este: Isabel de Valois. En 1867, Giuseppe Verdi puso música a esta obra bajo el título de Don Carlo:


 Pero para llegar a esta imagen, tenemos que volver al siglo XVI, cuando, tras la muerte de Don Carlos, entra en escena un personaje incómodo del que ya hablamos aquí: Guillermo el Taciturno.



CONTINUARÁ...