La llamada cruzada contra los cátaros o cruzada albigense es una de las páginas más crueles de la historia y concretamente de la Edad Media. Se trata de una serie de batallas y acciones que duraron unos veinte años (1209-1229) emprendidas por orden del papa Inocencio III y con la participación del reino de Francia y sus pares contra los cátaros o albigenses. Fue doblemente cruel por ser la primera cruzada promovida contra otros cristianos, considerados herejes. Y porque el modo de vida sencillo y profundamente espiritual de aquellos creyentes, tan cercano al de Cristo y los primeros cristianos, fue terriblemente aplastado por un papado rico y corrupto. Frases como "Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos" surgieron en este oscuro episodio de la Europa medieval.
La cruzada albigense enfrentó a los caballeros leales a Francia y al papa contra los cátaros y los señores feudales que los protegían. Fue una guerra en la que salieron a relucir más que nunca las prerrogativas, derechos y ambiciones del sistema feudal. Felipe II de Francia ambicionaba los territorios del Languedoc, vasallos de Aragón, cuyo rey, Pedro II el Católico, protegía a los cátaros. Curiosamente, unos años antes ese mismo rey había luchado en Las Navas de Tolosa en otra cruzada promovida por el mismo papa. Cosas del feudalismo... Los nobles señores de Francia se enfrentaron a los del Languedoc con el objetivo de arrebatarles sus dominios. La excusa de la cruzada lo envolvió todo. Recorrer la región de los cátaros es recorrer las huellas de aquella tragedia, admirando al mismo tiempo las impresionantes fortalezas y pueblos que la protagonizaron: Carcasonne, Albi, Montsegur, Mirepoix, Cordes-sur-Ciel... Recomiendo la visita.
El líder de los ejércitos cruzados fue Simón de Montfort, uno de los generales más despiadados de la historia. Su estandarte del león de plata en campo de gules aterrorizó durante años a los habitantes del Languedoc.
He intentado plasmar en papel mi visión de este personaje, que llegó a tomar la impresionante Carcasonne:
A la hora de recrearlo con Playmobil acudo de nuevo al mundo del comic, en este caso Bri d'Alban, de Alfonso Font. Situado en los Pirineos en 1209, cuenta la vida de un señor feudal y sus hijos amenazados por los cruzados mientras conceden refugio a unos cátaros. Aunque con un dibujo inferior en calidad al de Hermann o Chaillet, Font consigue recrear de forma muy documentada el conflicto y especialmente la forma en la que afectó a los más humildes:
Una pena no tener león rampante blanco sobre rojo, y eso que Playmobil nos ha ofrecido leones heráldicos para aburrir... El que más se aproxima es el caballero del special 4555. He tenido que recurrir al 4583 que no queda nada mal y es uno de los emblemas heráldicos más realistas de Playmobil (queda pendiente hablar de la heráldica de Playmobil para otra entrada):
Simón de Montfort a caballo, sostenido por su escudero. Junto a él varios pares y nobles señores de Francia.
Las flores de lis de los torsos y escudos de Playmobil nunca fueron tan bienvenidas. La cruz del estandarte que ondea es una cruz cruzada, pero no templaria. Los templarios se negaron a participar en la cruzada. Jamás sabremos por qué, pero esto no ha hecho más que proponer numerosas teorías...
Por el contrario algunos teutónicos, que la mística les importa más bien poco, sí han acudido:
¡DIOS LO QUIERE!
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