viernes, 24 de noviembre de 2017

Cine medieval: El nombre de la rosa

  El nombre de la rosa (1986) es mucho más que la adaptación al cine de la novela de Umberto Eco. Es sin duda una de las mejores películas ambientadas en el medievo y de las que mejor han sabido recrear esta época.


     En el siglo XIV, Guillermo de Basckerville (Sean Connery), fraile franciscano versado en teología y filosofía, acude a una abadía en el norte de Italia en compañía de su joven discípulo, Adso de Melk (Christian Slater) para participar en una disputa teológica. En la abadía descubren que se ha cometido un asesinato. Durante su estancia otros misteriosos homicidios se producen. Con su inteligencia y su método deductivo, Guillermo intentará resolver el caso, enfrentándose al mismo tiempo a los poderes de una Iglesia que lucha enfervorecida contra todo lo que suene a herejía. Y todo conectado con una grandiosa biblioteca donde nadie puede entrar...



  Las razones por las que esa recreación es tan extraordinaria son, en primer lugar, el amor de su director Jean-Jacques Annaud por la historia y especialmente por el mundo monástico medieval, tal y como lo cuenta él mismo en los extras del dvd. En segundo lugar, la elección de unos escenarios adecuados localizados en Italia y Alemania. Los que no encontraron los reconstruyeron magistralmente. Parece ser que la abadía en la que Eco se inspiró fue la de Sacra di San Michele:



 Y la verdad es que nada tiene que envidiarle la de la película:




  En tercer lugar, Annaud contó con el medievalista Jacques le Goff como asesor histórico, otro acierto a tener en cuenta. En cuarto lugar, la caracterización de los personajes, ya que muchos de ellos parecen sacados de cuadros de Brueghel o de relieves medievales.





 En El nombre de la rosa se enfrentan el fanatismo con la cultura. La persecución de las herejías y de la brujería se dan cita en un thriller emocionante desde principio a fin. Los dos protagonistas son un homenaje a Sherlock Holmes (Basckerville por El perro de los Basckerville y Adso por Watson), aunque también al filósofo Guillermo de Ockham. Como anécdota, Annaud cuenta que Eco no estaba conforme con Connery como protagonista, pues lo consideraba un mal actor. Pero hizo amistad con él durante el rodaje (por ser ambos futboleros apasionados) y dio su aprobación. Para el papel de Bernardo Gui, el malvado inquisidor dominico, Annaud pensó en Robert de Niro. Durante el casting, de Niro propuso que el "duelo" intelectual entre Guillermo y Bernardo fuese a espada. Annaud le explicó que era una disputa teológica, pero de Niro insistió en lo de las espadas. Al final, Annaud le dio el papel a F. Murray Abraham, que había triunfado dos años antes con su interpretación de Salieri en Amadeus.


La película es un verdadero viaje en el tiempo a aquella Edad Media oscura y extraordinaria al mismo tiempo. Es la única que ha sabido mostrar la vida monástica medieval, con la labor de los scriptorium. No cansa verla varias veces para descubrir siempre algo nuevo.



¡PENITENCIAGITE!




2 comentarios:

  1. Juan Antonio Moscoso Zurita, en adelante intentaré aparecer como "Uricann" aunque tu puedes seguir llamándome Juan Antonio o Juan como te apetezca, bueno vallamos al lío:
    ¡Hola Diego! aunque tardo en escribirte no dejo de seguir puntualmente tu magnífico blog.
    "Agradecimientos" a ti Diego por tu trabajo, así como a José Luís y sus peques, a Antonio, a Javi, etc, etc... cuyos blogs playmobileros también sigo y tan buenos ratos me hacéis pasar.
    Gracias y ¡ADELANTE!.

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  2. Jajaja muy bien Juan Antonio/Juan
    Gracias y también ya de paso como bien dices a nuestros colegas por sus blogs :)
    Me alegra ver que toda afición es respondida
    Saludos

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