lunes, 23 de enero de 2017

Dinkelsbühl: el pueblo de Playmobil

  Durante mi viaje por Baviera realicé un recorrido por los llamados "Pueblos Románticos", localizados en el oeste de la región. Visita obligada antes o después de haber visitado los castillos del rey Luis II, se trata de los pueblos más bellos de la zona y de lo mejor de Alemania. Todos ellos han conservado su aspecto medieval y renacentista inalterado, e incluso las partes perdidas en la II Guerra Mundial han sido reconstruidas. Todos ellos son pueblos de cuento y marco ideal para la obra de los hermanos Grimm. Recomiendo esta visita a todo aquel que desee trasladarse a aquella época, porque se traslada uno realmente. Los coches han de dejarse fuera en el aparcamiento.
   Pasear por estos pueblos es una maravilla: Nordlingen (donde los españoles derrotamos a los suecos en la famosa batalla de 1634), Rothenburg, Harburg... Pero hay uno de ellos que solo con divisarlo al fondo (pues sus torres destacan en la lejanía) nos recuerda enseguida a las casas de Playmobil: Dinkelsbühl.


    Los diseñadores de Playmobil del tema de la Edad Media, y me refiero a todas las cajas de finales de los 70 hasta principios de los 90, no tuvieron que ir muy lejos para inspirarse. Todas las casas de la serie, herrería, panadería, sastrería, alfarería, taberna parecen sacadas de estos pueblos, y especialmente de Dinkelsbühl. Sus vistosas fachadas de colores, entramados de madera, gabletes puntiagudos, ventanas abuhardilladas, carteles distintivos de los establecimientos; todo ello hace que parezca que estemos paseando por un diorama medieval. O al mismo tiempo, nos demuestra que la Edad Media de Playmobil es una copia más que fiel  de aquel Medievo alemán, aquella época de emperadores, margraves, condes, obispos, comerciantes, banqueros, orfebres, caballeros, goliardos...












    Por cierto que aquel verano Alemania acababa de ganar el mundial de fútbol (2014) y el párroco del pueblo no había cesado de agradecerlo. La prueba es que todo el altar, el ambón y alrededores estaban decorados con banderas y bufandas de la selección alemana y la pancarta "DEUTSCHLAND!!" con enormes letras. Victoria merecida y bendecida, desde luego...
  La historia de Dinkelsbühl es tan fascinante como sus casas y monumentos. Cada año, el pueblo se engalana para rememorar el acontecimiento (para algunos legendario) que tuvo lugar en 1632 durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648): el Kinderzeche. Dinkelsbühl, como pueblo católico dependiente de la autoridad imperial, fue tomado por las tropas suecas, pertenecientes al bando rival: el protestante. Un grupo de niños guiados por una chica joven se presentaron ante el general sueco como embajada del pueblo. Los soldados, rudos y fieros mercenarios muchos de ellos, se sorprendieron ante tal cortejo. La joven se arrodilló ante el general y le rogó que no saquease el pueblo (sabían de los sangrientos saqueos que habían ocasionado las tropas suecas en otras poblaciones). El general quedó conmovido por los niños y decidió no tocar el pueblo. Y así Dinkelsbühl fue salvado.
   En el vecino pueblo de Rothemburg (precioso y visita obligada también) se cuenta y rememora la misma historia, solo que en este caso el general ordenó al burgomaestre beberse tres litros de vino a cambio de salvar el pueblo. Y, naturalmente, lo consiguió.
   En la fachada de una cafetería un mural recuerda el acontecimiento:



  Y vamos ahora, como no podía ser menos, a rememorarlo con Playmobil:


 Casas medievales y las pocas piezas de los siglos XVI-XVII que Playmobil ha sacado y que tengo en mi poder. Lo más difícil, los niños. Para la joven he tenido que optar por la niña tirolesa de la 5425. También está el niño de los cazadores de la 3628. El resto, lo que he podido pillar.

  
La sorpresa de estos suecos ante tal recibimiento es mayúscula. Ellos esperaban blandir sus temibles espadas y lanzas, emborracharse y agenciarse de todo cuanto cayera en sus manos, pero por una vez se tuvieron que quedar a dos velas.


                Niños, el mérito es vuestro. Dinkelsbühl siempre recordará vuestro valor de aquel día.






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