Por la afición que me une al blog de Playmonep en cuanto a aquellos exploradores de Playmobil aquí va su homenaje.

Su vestimenta llamaba ya de por sí la atención con esos atuendos indios, mocasines, flecos. Y sobre todo el inconfundible gorro de piel de castor o mapache. Pero una barba rubia o canosa delataba su pertenencia a los blancos.

Las pieles eran su día a día, sí. Que se lo digan si no al de la 3394: "Les vendo esta piel de armiño a cambio de una linterna y tabaco", parece decir. Quizá se aventure hasta Dawson para hacer su trueque. O por Colorado Springs si el tren no se ha demorado. Siempre podrá ofrecerla en el drug-store.
Lo suyo le costó. Su cabaña en el bosque se la hizo el mismo. Su squaw, Pequeña Cierva o Chinook o Estrella Blanca, le espera. Ella quisiera algún utensilio de las squaws blancas. Mientras tanto, atiende el fuego y las tres gallinas que tienen. El invierno se acerca.
El ejército de EEUU pide exploradores, tipos que conozcan bien el medio salvaje y las costumbres indias, que sepan seguir rastros. Y en el ejército se alista el explorador de la 3485. El mayor O'Donnell le asigna a la patrulla del teniente Harris de Fort Glory (aunque en tiempos fue de Fort Bravo). No hay quien le gane siguiendo un rastro. El mayor solo quiere saber una cosa: ¿están los sioux en el sendero de la guerra? Esperad, el explorador se inclina para percibir las señales de humo allá sobre las montañas. Él sabrá hablarles en el momento adecuado para que firmen la paz, pipa de por medio.
Pasado un tiempo se licenciará, dejará Fort Glory y volverá a sus bosques y montañas, a la caza del alce y el oso. Y escribirá su propia página en la historia de los valientes pioneros americanos, aunque sea con su rifle de plástico.
Cuestión de tiempo, era una de las referencias sin duda que tenía pensadas analizar puesto que es mi favorita sin duda, esa 3397 es brillante. Buen repaso a los tramperos de la época
ResponderEliminarHe intentado darle un enfoque entre descriptivo y emotivo. Gracias ;)
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