La serie narraba las historias de una banda de niños de unos doce o trece años llamados cada uno con el apellido de un compositor clásico: Mozart (el líder), Bethoveen, Chopin y Verdi (jamás supimos sus verdaderos nombres). Los cuatro asisten a clase de música con el profesor Solfa, el cual, al principio de cada capítulo introducía a la obra que era la protagonista del mismo: una por cada compositor, al estilo del Maestro de Érase una vez....
Los cuatro amigos vivían aventuras y desventuras relacionadas con esas obras o el tema de las mismas, ya fuese en el colegio; en La Traviata, el restaurante italiano regentado por el padre de Verdi; haciendo frente a las zancadillas de Blackie (el antagonista de la serie) y su padre, el señor Col, poderoso y malvado dueño de una discográfica, etc. Otros personajes secundarios fueron Ana, la hija del profesor Solfa; el director del colegio; Eloísa; Gina; Clik y Clok, los "esbirros" de Blackie; la señorita Carmen, profesora de baile; Luigi, camarero de La Traviata, el primo Andrea y Pimpes, el perro de Mozart.
Los cuatro amigos vivían aventuras y desventuras relacionadas con esas obras o el tema de las mismas, ya fuese en el colegio; en La Traviata, el restaurante italiano regentado por el padre de Verdi; haciendo frente a las zancadillas de Blackie (el antagonista de la serie) y su padre, el señor Col, poderoso y malvado dueño de una discográfica, etc. Otros personajes secundarios fueron Ana, la hija del profesor Solfa; el director del colegio; Eloísa; Gina; Clik y Clok, los "esbirros" de Blackie; la señorita Carmen, profesora de baile; Luigi, camarero de La Traviata, el primo Andrea y Pimpes, el perro de Mozart.
La serie surgió hacia 1995 como respuesta de la productora BRB Internacional (creadora de Dartacán y los tres mosqueperros, Willy Fog y David el Gnomo) a Los Trotamúsicos, creada por la competencia: los Estudios Cruz Delgado. Es decir, crear otra serie que promocionase la educación musical, que desde los años 80 era ya asignatura imprescindible en las escuelas.
La serie contó con la participación de Clásicos Populares, que ya venía fraguando la idea de un programa para promocionar la música clásica entre los más pequeños (lo conseguiría más tarde con El Conciertazo).
La serie contó con la participación de Clásicos Populares, que ya venía fraguando la idea de un programa para promocionar la música clásica entre los más pequeños (lo conseguiría más tarde con El Conciertazo).
La idea principal de la serie era similar, en un principio, a la de Las tortugas ninja: cada personaje llevaría el nombre de un famoso. En la práctica, La banda de Mozart imitaba bastante a Dartacán y los tres mosqueperros: cuatro personajes "luchan" por un ideal contra "el mal". Las personalidades de los cuatro músicos coincidían bastante con las de los mosqueperros.
Mozart=Dartacán (el listo) Bethoveen=Dogos (el comilón) Verdi=Pontos (el furioso) Chopin=Aramis (el enamoradizo)
También se podrían trazar paralelismos con los otros personajes:
Blackie=Guidimer Señor Col=Cardenal Richelieu Profesor Solfa=Señor de Treville
Ana=Juliette Pimpes=Pom
Visto esto, la serie tenía poco de original. En general era bastante mediocre, tanto en los dibujos como en el argumento de sus capítulos. Ningún niño, y menos de esas edades (yo tenía seis por aquel entonces), disfrutaría tocando con la guitarra eléctrica una pieza de Mozart o de otro compositor diciendo "¡Tope guay!" o "¡Esto tiene marcha!". Pero la intención era buena, pues tampoco estaba mal promocionar la música clásica entre los niños. Otra cosa es que calase...
La banda de Mozart fue también un intento de lanzar la productora a nivel internacional promocionando otra "tarea" escolar: la clase de inglés. Todos los carteles y pancartas que aparecen en la serie están escritos en inglés. Esto hizo también que nunca supiésemos en qué país se situaba la acción.
La banda de Mozart fue también un intento de lanzar la productora a nivel internacional promocionando otra "tarea" escolar: la clase de inglés. Todos los carteles y pancartas que aparecen en la serie están escritos en inglés. Esto hizo también que nunca supiésemos en qué país se situaba la acción.
Yo vi la serie coincidiendo con mi primer y último curso en el conservatorio (ejemplo de ese ansia de los padres por lo musical para sus hijos en aquel tiempo) y la primera vez que vi la película Amadeus, por lo que se convirtió en algo familiar, pero no al nivel de las otras series que he mencionado, ni de lejos...
Si algo dejó La banda de Mozart para la posteridad fue su sintonía, que todavía recuerda mucha gente y que no estaba mal:
La banda de Mozart fue el canto de cisne para BRB Internacional. Más tarde llegarían series aún más mediocres como Fantagiró y Nicolás. Todavía hoy siguen creando y produciendo, pero tanto la calidad como las ideas van de capa caída.
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