martes, 31 de octubre de 2017

El monte de las ánimas II


    Los condes, sus hijos y los cazadores abandonan el terrorífico monte y regresan a la ciudad. Ya en palacio todos se acomodan y se cuentan leyendas e historias aterradoras. Pero todos están aliviados de poder estar seguros en casa en la temida noche de Todos los Santos. Todos menos Beatriz, que con una sonrisa maliciosa le dice a Alonso:

-He olvidado en el monte mi banda azul...
  Alonso se queda pasmado. 
-Sabes que cualquier otro día partiría veloz a por ella, pero esta noche y en ese lugar...
 El miedo se apodera de Alonso. Nadie duda de su valor, pero ¡justo esa noche...! Alonso empieza a temblar, pero la sonrisa de Beatriz es más bella y más provocadora... y más malévola...
  Alonso suspira. Las tétricas campanas de San Juan de Duero suenan sin parar. Mira de nuevo a Beatriz y parte resignado en su caballo hacia el terrorífico monte.
 No hay nadie por las calles en Soria. Da la impresión de que la sangre celta de los sorianos pesa mucho y parece que en ellos ha quedado el temor del Samhain. Y el frío soriano, que también hace mucho...
  ¿Qué puede haber peor para un caballero que su amada cuestione su valentía aunque sea con una simple sonrisa? Alonso cabalga, más bien al trote, con la sangre más que congelada. Atraviesa la muralla del este, cruza el río Duero por el puente de piedra y se adentra lentamente por las estribaciones del temido monte.
    La campana de San Juan no deja de sonar con su gélido tono metálico. No llama a ninguna misa. Es la hora de las ánimas, Los espíritus y esqueletos de aquellos monjes-guerreros y aquellos nobles castellanos que de nuevo se levantan para lucharen una batalla fantasmal. 


  Un esqueleto, con su macabra sonrisa blanca, aparece con un cuerno de caza. Su estruendo anuncia el comienzo de la terrorífica batalla. A los ojos del aterrorizado Alonso se presenta un espectáculo indescriptible. Las ánimas, con sus sudarios, harapos y antiguos ropajes aparecen para el combate de ultratumba.











  ¿Cómo termina la historia? Hay que leer la obra de Bécquer o ir a escucharla a Soria la noche de la víspera de Todos los Santos.






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