viernes, 20 de octubre de 2017

Taberna de los mosqueteros

   En las aventuras de capa y espada siempre hay al menos una escena en una taberna. Es un escenario habitual en este tipo de historias, ya sea como el lugar donde se reúnen los protagonistas, donde se encuentran a escondidas con algún misterioso (o misteriosa) espía o donde se arma una buena bronca.


Aquí tenemos una sacada de los lápices de Joan Mundet, el dibujante de Alatriste, otro personaje imprescindible del mundo de capa y espada y el espadachín más famoso de la ficción española:



Y de nuestro admirado Angus McBride, una vez más fuente iconográfica recurrente:


  Una primera idea ha venido de El regreso de los mosqueteros, la tercera y última de la trilogía de Richard Lester, por ser la taberna más grande y realista de las que aparecen en las tres películas:







  Como siempre, las paredes de steck se adaptan a la perfección a cualquier temática desde la Edad Media hasta el siglo XIX. Y más aún tratándose de una taberna, cuya arquitectura no varió mucho en esos siglos. Una pena no tener una chimenea clásica, pero espero conseguirla. Habrían estado bien unos vasos de barro de aquel tiempo, pero es una pieza más que tendremos que esperar para ver en Playmobil... quizá veamos antes el arcabuz del que hablaba Playmoblogger. Mientras tanto, aquí vamos con la taberna para los mosqueteros, ya sea en el París de Luis XIII o en el Madrid de Felipe IV:


  Me gusta mucho el efecto de profundidad que hace la columna del centro. Se me ha olvidado poner otro contrafuerte más en la parte de la derecha para que no se viese el hueco en la columna, pero bueno. La lámpara con sus llamas también se adapta muy bien a cualquier temática desde la Edad Media al siglo XIX.


   Una lástima también no tener el mostrador del saloon del oeste, que me habría venido genial, pero he usado el de la casa alpina que, quitándole el surtidor de cerveza, no queda nada mal.

















UNO PARA TODOS Y TODOS PARA UNO











2 comentarios:

  1. Muy buen ambiente el de esta taberna, parece gente de “mal vivir”. No quiero repetirme… el Steck es el sistema. Creo que no hay nadie que lo pruebe y no se enganche. Los elementos son comunes y dan muy buen resultado siempre. Piedra y madera. Mucho con muy poco. ¡Qué entretenido colocar y replicar las escenas! La verdad es que es una gozada la cantidad de piezas interesantes que se han hecho todos estos años… barriles, jarrones, copas, jarras... ¡Hasta la cerveza para las jarras! Son detalles impagables y que no tienen comparación (en variedad y en cantidad) con ninguna otra serie de figuras de la historia del juguete. Solamente echo en falta un pellejo de vino… Gracias por compartirlo. Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Jajaja es bueno repetirse si la dicha es buena, Jose, y más aún si es cierto. En efecto, las piezas son de varias temáticas y con buenos resultados. La jarra la aportó la lechera de Vermeer, que contiene otras piezas muy útiles como la cesta de pan y el plato-fuente-cacharro que también he usado en la escena.
    El pellejo de vino habrá que echarle imaginación :)
    Un saludo y gracias como siempre

    ResponderEliminar