miércoles, 18 de octubre de 2017

Las 7 vidas del gavilán

    Cuando era pequeño llegó a mis manos un cómic llamado Buscadores de oro. Sus autores eran Olivier y Juillard y contaba dos historias: la del pirata Corazón de Gris y la del escritor Jack London. Me quedé alucinado por los dibujos, ya que en aquella época solo leía a Tintín, Astérix, es decir, cómic no realista. El estilo de los dibujos y planos de Juillard eran increíbles. Con el tiempo fui aficionándome a la historia y en 2004 otra obra de Juillard apareció ante mí: Las 7 vidas del gavilán. Es una colección de 7 álbumes con guión de Patrick Cothias. Yo lo compré en el integral que todavía se puede conseguir hoy, de la editorial Norma.
       Las 7 vidas del gavilán se sitúa a principios del siglo XVII en Francia. Tengo un gran cariño a esta época, pues es el tiempo de Los tres mosqueteros y las aventuras de capa y espada. La historia comienza en París con el nacimiento de un niño: Luis de Borbón, el futuro Luis XIII de Francia. Lejos de allí, en la región de Auvernia, tiene lugar otro nacimiento: el de Ariane de Troil, la hija del barón Yvon de Troil. A partir de ahí, la historia se desarrollará en 2 historias paralelas: la de la familia real y la de la joven Ariane. Solo se juntarán en el último episodio de la serie. El elemento esencial de la historia es la figura de Gabriel de Troil, hermano del barón y sospechoso verdadero padre de Ariane. Desencantado del mundo, Gabriel se retira de Auvernia, pero una misteriosa anciana le convence para convertirse en un nuevo personaje: el justiciero enmascarado llamado por algunos el Gavilán, por el pájaro que le acompaña, y por otros Máscara Roja, por la máscara que le cubre la cara. Gabriel socorre a los campesinos contra los tiránicos señores y se gana la admiración de Ariane, que no sospecha sobre su auténtica identidad. Por otra parte, el joven delfín Luis se enfrentará a la influencia de su madre María de Medici tras la muerte de su padre Enrique IV.
    Las 7 vidas del gavilán nos muestra las intrigas de la corte francesa, con el esplendor y los problemas del Antiguo Régimen. Nos muestra un mundo campesino, rural, frente a la gran ciudad de París. Nos enseña los sueños, temores, alegrías, pesares de aquellas gentes. Como un homenaje al gran Alexandre Dumas, Cothias y Juillard nos presentan personajes históricos como Enrique IV, Conccini, el cardenal Richelieu, etc. De nuevo, aventura e historia se dan la mano.
    El dibujo de Juillard está aquí en su apogeo. Nos presenta planos increíbles, luchas que son lecciones de esgrima, caballos al galope, personajes marginales, harapientos, ricos caballeros, bellas damas… Pero al estar al servicio de Cothias, Juillard debe atender al guión. Y el guión le implica a veces viñetas donde Cothias se recrea en temas que le interesan: violaciones, la placenta en un parto, apaleamientos, etc. Solo hace falta ver otras obras de este guionista, como Cinjis Khan o Josué de Nazaret. Cothias presume de dominar la historia, pero ésta se pone en sus manos al servicio de claras intenciones: criticar el Antiguo Régimen, la religión católica y meter algunos mensajes ocultos orientados a ciertos grupos políticos. Quizá la parte negativa de la narración no sea ésta, sino más bien el lenguaje simbólico de personajes como la anciana, la niña muda y demás. Siempre me pareció algo que sobraba.
    A parte de esto, la serie está muy lograda y se ha convertido en un clásico del cómic histórico. El éxito empujó a sus autores a prolongarla. En realidad, la serie surgió por el deseo de crear un pasado al personaje Masquerouge, otra serie de Cothias y Juillard. Las continuaciones de Las 7 vidas del gavilán fueron entre otras Pluma al viento (que no condigue enganchar como la inicial), El loco del rey, Máscara de hierro, El caballero, la muerte y el diablo, Ninon Secrete… Todo un universo.









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